6/4/10

Josefina: en las orillas del Támesis

NOMBRE Y APELLIDO: Josefina Vittino
EDAD: 25 años
CIUDAD DONDE RESIDE Y PAÍS: Londres, UK



¿Cuándo y cómo llegaste allí? ¿Por qué ese lugar y porque decidiste quedarte? ¿Cuánto tiempo hace que estás viviendo?
Creo que todo empezó cuando terminé el secundario. La opción era “o estudiás o seguís trabajando”. Empecé a estudiar, entré en crisis, dejé y me puse a trabajar, un trabajo que no me gustó para nada, seguí con otro y llegado el momento pensé: por qué no viajar, tengo a mi hermana en Tenerife (España), así que empecé a ahorrar. Diez mese después, todavía sin ahorros, perdí el trabajo, me indemnizaron y dije “esta es la mía”. Y me fui a Tenerife, el 12 de octubre del 2006 llegué y empecé a trabajar en un restaurante, que tampoco me gustó demasiado, mi hermana y mi cuñado me adoptaron de maravilla, me ayudaron como sólo te ayuda la familia y después de ese restaurante empecé a trabajar en una cocina, en un pub, en el cual conocía a un montón de gente de Tenerife, de Colombia, de Venezuela, y la verdad es que aprendí mucho: a perder, a ganar, a curtirme.

Mi hermana y mi cuñado decidieron a los dos meses irse a Ibiza, yo me quedé y unos meses después decidí que no me había ido de Buenos Aires para estancarse en Tenerife, así que seguí a mi hermana y me fui a Ibiza. Ahí conocí un mundo completamente opuesto al que había vivido antes, mucha gente, mucha droga, mucha gente desequilibrada, una energía increíble. También, de alguna manera, conocí la sociedad italiana ya que conviví con muchos italianos (y argentinos también), aprendí italiano, cosa extraña en España me enamoré bastante de su sociedad, de su gente, y, después de una año de no haber estado en casa volví tres meses, y ahí decidí que me iba a vivir a Londres, a probarme que yo podía y que había crecido en muchos aspectos
Antes de irme a Londres estuve unos meses en Australia, en una Van, con un amigo, hicimos 10 mil kilómetros por todo el oeste y fue hermoso, el lugar más paradisíaco que conocí y tomé mucho coraje y decidí que quería irme a una de las capitales más importantes de Europa, a hablar en otro idioma y volé para Londres, sin hotel, sin conocer gente y llegué al aeropuerto, en dos horas resolví mi vida, encontré un hotel, caminé como diez días para familiarizarme con la ciudad, repartiendo curriculums, a los tres días perdí el hotel, encontré a un amigo argentino que me prestó una almohada y conocí a otros argentinos que hasta ahora se han convertido en grandes amigos.
A los cinco días de haber llegado tenía trabajo en una cafetería, mayoritariamente trabajando con polacos, que son bastante tímidos. A los diez días de haber llegado encontré mi casa, empecé a vivir con cinco italianos: tres chicas y dos chicos y ahí empezó todo: bajó el estrés, ya tenía trabajo, casa, pero lo que más me enamoró de la ciudad es la congregación de distintas sociedades, vas en el subte y vas escuchando cinco idiomas diferentes: hindú, ruso, español, portugués, italiano, no sé… y me partió la cabeza pensar como se podía vivir en esa aparente concordia y dije: acá estoy, lo hice, lo logré, son casi dos años acá.

¿Cómo es la ciudad?
Londres es una ciudad completamente opuesta a las que conocí en Argentina, empezando por la arquitectura, Europa tiene más años que Sudamérica. La ciudad es superordenada, superorganizada, el transporte es muy bueno, tiene sus fallas como todo… En cuanto a la comida rápida, nosotros vivimos a empanas y pizzas, aquí comen comida hindú, kebab, china… Con referencia al clima, es una ciudad bastante fría, el verano de acá es como una primavera nuestra, el invierno es como un doble invierno nuestro. La gente es superamable, tradicionalmente son de muchos modales; todo está señalizado, cuidadosamente armado, la publicidad no es invasiva, en Buenos aires hacés dos cuadras y está lleno de carteles de cómo ser más flaca, cómo ser más linda, y acá está organizado en dónde publicitar y dónde no.

¿Y Cómo es vivir en allí?
La crisis actual, a diferencia de lo que pasó en Argentina, hizo entrar en pánico a todos en el Reino Unido, pero si bien están en recesión no es nada en comparación con Latinoamérica, yo creo que se puede vivir muy bien acá.
En cuanto a costumbres, no les gusta ser intrusos del espacio del otro, los ingleses pasan por gente fría, pero la verdad es que yo pienso que son más cuidadosos de no molestarte que otra cosa, por ejemplo, recuerdo que en el subte, estando con mi cuñado, a él le gustaba molestarlos, empujarlos para que el final ellos te pidieran perdón por haberlos molestado vos.
Las noches son terribles, en invierno a las cuatro de la tarde está completamente oscuro. Salís al pub y cierra todo a las doce y media, la fiesta empieza a las siete, en la Argentina empieza la fiesta cuando para ellos termina. También son gente de aprovechar mucho el sol, le dan mucha importancia a los espacios verdes, a los parques, la gente sale del laburo para el almuerzo y se sienta en un parque, se sacan la corbata y se tiran en el pasto. Hay mucho pic nic, mucho festival de rock.
En cuanto al trabajo, mi rubro es gastronomía. Y no es difícil encontrar trabajo de eso. Y el que quiere encontrar, encuentra, depende de tu energía.

Al llegar ¿qué fue lo que más te sorprendió de las nuevas vivencias allí?
Sobre todo eso que dije, encontrarme tanta gente de países diversos. Y preguntarme ¿por qué funciona eso acá y no en otro lado? Acá es uno de los lugares en los que puedo conocer gente, culturas y costumbres de todo el mundo. La cantidad de turismo también me sorprendió muchísimo
En definitiva todas las vivencias fueron nuevas, desde vivir por mi cuenta, hablar en otro idioma, llega un punto en que es exhaustivo, muy cansador hasta que te acostumbrás. Mi primer año fue distinto, trabajé con mucha gente que hablaba español, de España, de Colombia, tenía amigas con las que hablábamos en italiano; pero mi segundo año fue distinto, hace un año que no hablo en castellano excepto cuando llamo a casa… hasta hablo dormida y sueño en inglés, así de terrible es

Contanos cómo es tu barrio, tus amigos, compañeros o tu gente allá
Esta es la tercera vez que me mudo. Mi nuevo barrio es Brixton. Es bastante diverso. En los barrios son importantes del parques, ahí hacen deportes, tienen canchas de tenis. Hoy por hoy vivo en una zona turística, tengo una vista al río Támesis, a cien metros. Y es hermoso. Este en especial tiene mucho verde, porque hace unas décadas hubo una serie de enfermedades y se decidió limpiar el lugar para que hubiera espacios abiertos y los chicos no se enfermaran tanto.
Mis amigos, en estos tres años, están repartidos por todos lados, están aquí, en Suiza, en Tenerife, en Ibiza, Italia… Y todos son gente que te dejan un montón de cosas. Hoy por hoy estoy bastante en contacto con los amigos con los que trabajo, que en particular son de Polonia, o de Lituania. Estoy viviendo con mi novio en este momento, él es de Gales, aprendí un par de sus tradiciones, algo de su idioma

¿Qué experiencia te ha brindado el lugar? ¿En qué sentís que sos otra persona de aquella que vagaba por las calles toldenses?
Soy absolutamente otra persona. Me fui con 21 años recién cumplidos, sin saber mucho de lo que es la vida, aprendí a callarme la boca, a hablar, a divertirme, a reírme con gente, pasar los bloqueos, aprendí a manejar mi propia guita, a vivir sola, a no rendir cuentas, a enfrentarme a mis miedos. Creo que en ese sentido soy un poco más coherente, más realista. No sólo son los lugares, sino los años los que te dan la experiencia. No importa si me hubiese quedado en Los Toldos, en Buenos Aires o en Londres, uno tiene que crecer esté donde esté. Mi experiencia de vida no es ni más ni menos importante que la de alguien que se quedó en Buenos Aires, es diferente y es la que tenía que ser.

Hablanos de tu profesión. ¿Cuándo comenzó, en qué consiste y como la desarrollas actualmente?
Con mi profesión nos elegimos mutuamente. No queríamos estudiar y es lo que hice, que es lo más fácil, no necesitás preparación universitaria para ser camarera, aunque en realidad no sea tan sencillo, cuesta ser camarero o estar en cualquier ámbito en el rubro de gastronomía. Tenés que lidiar con un montón de cosas que te cuestan, gente que te gusta, gente que no, clientes simpáticos, clientes que te tratan con desprecio. A fin de cuentas uno aprende que todas las profesiones tienen cosas malas y buenas en común. No es lo que quiero para el resto de mi vida, actualmente me gustaría desarrollar la fotografía, que es algo que me interesa un montón.

¿Qué cosas o personas extrañas de Los Toldos? ¿Que no extrañas para nada?
Si bien nací en Los Toldos, no me crié ahí. Mis vacaciones de verano e invierno las pasé ahí, cuando me aburría me iba, o sea que la mía es diferente a la experiencia de otros toldenses.
Extraño a mi familia, tengo a mis abuelos ahí, a mis tías, tengo amigos que he dejado ahí. Siempre me gustó bastante salir en Los toldos y cagarme de risa con mi prima, con mis amigos, por más que luego de una adolescencia ahí uno se aburre, yo nunca me aburrí del todo, porque para mí siempre fue novedad el hecho de pasar ahí sólo los veranos. Así que creo que extraño todo en realidad.

¿Cuándo te dan ganas de estar en Los Toldos? ¿Hay algún momento especial en el que desearías estar acá?
En Navidad, Año Nuevo, la tradición de todas llegando tarde a la cena, mis tías, mis primas, mi mamá, todas mujeres cambiándose, planchándose el pelo, mi abuelo a las puteadas porque nadie está en la mesa, las doce y todos riéndonos, abrazándonos. Mi abuela llorando a las doce, todos a las risas, porque ya nadie le cree nada a esta altura. La sirena de los bomberos, salir a dar una vuelta por Los Toldos. Un mate con mi prima. La casa de mi tía, que es el punto de encuentro de toda la vida

¿Cómo sigue tu vida?
Es medio complicado responder a eso. Quizás mi vida sigua con un pie acá donde estoy y otro allá. Calculo que, mientras esté acá, siempre va a seguir así. Pero no me puedo quejar de nada. Creo que mi vida está mucho mejor de lo que pienso a veces. Y aquí, creo yo, acaba la entrevista. Gracias por todo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hola. Esperamos tu comentario para enriquecer nuestra propuesta