El intento de supresión de los pueblos originarios de América no ha finalizado aún. No solo se puede denominar genocidio a la gran masacre que comenzó en 1.492 y se extendió hasta los primeros dos siglos de conquista. El genocidio continúa hoy, en el 2008. No será con la espada o el Rémington. Pero lo es de una forma solapada, con acciones de desvalorización de las culturas originarias y en ocasiones hasta negando la existencias de esos pueblos.
por Juan Carlos Corón
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Cuando llegan los españoles al continente de Abya Yala, que ellos denominaron América, en honor a Américo Vespucio, hicieron contacto con los Incas, la civilización mas avanzada del continente. Su organización social era el Tawantisuyo, tan perfecta que no se utilizaba el dinero como bien material. Los valiosos minerales como el oro y la plata eran solo utilizados de manera espiritual, para agradar a los “dioses” que son las fuerzas naturales.
La inteligencia y el adelanto tecnológico de los Incas estuvieron al servicio de la agricultura, la ciencia y la espiritualidad.
A la llegada de la conquista ellos habían desarrollado sistemas de riego, calendarios y observatorios astronómicos de asombrosa precisión.
Para su espiritualidad habían edificado impactantes templos adornados con oro y otros metales preciosos.
La historia oficial cuenta que el Inca fue un pueblo terriblemente guerrero, que esclavizaba y sometía de otros pueblos…
La historia oficial está escrita por el vencedor… El conquistador solo conoce la fuerza y en la prepotencia de su pensamiento, no cabe otra cosa que la militarización. Es una forma de minimizar las barbaries cometida por ellos mismos, y es por eso que debe poner en su misma línea al conquistado y derrotado militarmente. Es una forma de justificarse o perdonarse ellos mismos.
Si salimos de la historia oficial y nos preguntamos:
Si el pueblo Inca que era tan tecnificado, inteligente y numeroso. De haber sido el terrible guerrero que cuenta la historia oficial ¿No es de pensar que en vez de utilizar esa inteligencia en la agricultura, en armonizarse con la naturaleza a través de su espiritualidad, gastando tiempo en la construcción de sus templos, no la hubiere utilizado para el desarrollo armamentista? Recordemos que a los españoles se los enfrentó solo con lanzas y flechas que eran sus instrumentos de caza, casi podría decirse las herramientas de trabajo.
Ni el Inca ni ningún pueblo originario de América estaban preparados para la guerra, la razón es sencilla: No les hacía falta pelear, no tenían necesidades… El alimento estaba al alcance de la mano, no necesitaban dinero, no necesitaban poder. El territorio era extenso, no estaban hacinados, no había necesidad de pelear por el territorio. La vida de los pueblos originarios era de una simpleza extraordinaria, el tawantisuyo era la organización social mas perfecta… Todo era de todos. No existía el hambre y las enfermedades, eran solo dolencias pasajeras que se curaban con los remedios que la naturaleza les brindaba. La gente vivía feliz y armoniosamente, de esa forma el espíritu no se enfermaba y en lo físico se reflejaba esa armonía.
Pero llegó la conquista y la paz se terminó en nuestro continente. Milenios de felicidad y buen vivir fueron desvastados por la avaricia, crueldad y deseo de poder del conquistador Europeo, que llegó con sus vicios y sus enfermedades.
Fue un 12 de octubre de 1492. es por eso que los pueblos originarios celebran el once de octubre como el último día de libertad, a partir del día siguiente, ya nada volvería a ser igual.¿Será necesario declarar el 13 de octubre primer día de resistencia?
Hace cinco siglos religión y poder estaba unido, es por eso que unida a la espada venía la cruz cristiana. En 1492. Los católicos invaden América.
Solo en los primeros 150 años de conquista, y según cifras oficiales, llegaron a puertos españoles mas de 185.000 kilos de oro y 35 millones de libras de plata pura. Jamás Europa había visto tanta riqueza junta; mas de tres veces la guardada en todos los bancos del viejo continente por aquel entonces. Con este saqueo Europa realizó el mayor robo que hasta hoy se tenga noticias.
Pero el saqueo estaba acompañado de algo mas triste aún: El genocidio.
Cuando los conquistadores llegaron a América vivían en nuestro continente unos 70 millones de personas, después de los primeros 150 años de colonia, esta población había sido reducida a menos de la décima parte.
Morían a filo de espada, en trabajos forzados, contagiados de viruela y otras pestes traídas por los conquistadores. Los habitantes de las islas del caribe fueron prácticamente exterminados en los primeros 20 años de la llegada de los españoles. Solo en los socavones de la mina de plata de Potosí murieron 8 millones de indígenas, trabajando día y noche hasta reventárseles los pulmones para enriquecer a sus amos. Así los europeos amasaron enormes riquezas… Jamás en la historia de la humanidad ningún imperio contó con tanta mano de obra esclava. El precio de la riqueza española costó 65 millones de seres humanos; 500 mil víctimas por año; mil muertos por día durante los primeros 150 años de conquista, que luego en una demagogia total intenta llamar encuentro de culturas.
Como dijimos al comienzo este continuo intento de supresión cultural continúa hasta nuestros tiempos.
Cuando un ejército entra en otro Estado a sangre y fuego, todos los que vienen detrás, curas, docentes, chacareros y demás son cómplices directa o indirectamente del conquistador. Todos vienen a terminar la obra que comenzó el ejército con la violencia dejando un terreno fértil para sembrar una nueva cultura. Eso pasó en América. Eso pasó y está pasando hoy en Argentina. Las naciones preexistentes del continente son invisibles ante la prepotencia de los Estados. Los pueblos originarios son tomado solo como parte de un folclore o una historia pasada, desvalorizados, invisibles…Minimizada la crueldad a los que fueron sometidos estos pueblos para poder crear el estado Argentino.
Minimizar esa crueldad es la única forma de concebir las campañas de exterminio llevadas a cabo por los gobiernos genocidas de la republica Argentina, es la única forma de poder izar una bandera celeste y blanca manchada con la sangre de miles de seres humanos. De no ser así no se entiende por qué los Argentinos nos hemos vueltos tan malos… Sin duda no teneos memoria o no conocemos sobre qué se cimentó la soberanía nacional. De no ser así, no podríamos llorar por 30.000 desaparecidos, cuando antes se exterminó pueblos enteros. ¡Y fue el mismo Estado Argentino, con sus mismas prácticas de terrorismo de Estado!
Recién en la última reforma constitucional, en el año 1.984 se derogó el artículo que decía “convertir a los nativos al catolicismo” teniendo en cuenta que desde la creación del Estado había libertad de culto en todo el territorio nacional. Pero los nativos por ley, debían ser católicos. Borrar la identidad de los pueblos es la forma mas concreta de exterminarlos.
El intento de supresión continúa hoy, a través de la falta de promoción de las Naciones originarias, de la falta de un resarcimiento histórico de la deuda que el país Europizado llamado Argentina tiene para con los originales habitantes del territorio.
El día que el Estado reconozca la barbarie cometida, el día que reconozca los errores y trate de enmendarlos.
Cuando los dirigentes no piensen solo en los réditos políticos a obtener e intenten un acercamiento real sin paternalismo, respetando la idiosincrasia de los pueblos originarios y promoviendo su cultura. Recién ese día, Argentina comenzará a nacer. En 200 años, Argentina no ha aprendido a vivir.
La formación de un ser nacional se hará desde la interculturalidad, respetando cada una de las culturas originarias e inmigrantes, de esa forma podrá vencer la desarmonía, consecuencia de la transgresión a las leyes naturales de convivencia y juntos avanzar hacia un futuro en paz.
La inteligencia y el adelanto tecnológico de los Incas estuvieron al servicio de la agricultura, la ciencia y la espiritualidad.
A la llegada de la conquista ellos habían desarrollado sistemas de riego, calendarios y observatorios astronómicos de asombrosa precisión.
Para su espiritualidad habían edificado impactantes templos adornados con oro y otros metales preciosos.
La historia oficial cuenta que el Inca fue un pueblo terriblemente guerrero, que esclavizaba y sometía de otros pueblos…
La historia oficial está escrita por el vencedor… El conquistador solo conoce la fuerza y en la prepotencia de su pensamiento, no cabe otra cosa que la militarización. Es una forma de minimizar las barbaries cometida por ellos mismos, y es por eso que debe poner en su misma línea al conquistado y derrotado militarmente. Es una forma de justificarse o perdonarse ellos mismos.
Si salimos de la historia oficial y nos preguntamos:
Si el pueblo Inca que era tan tecnificado, inteligente y numeroso. De haber sido el terrible guerrero que cuenta la historia oficial ¿No es de pensar que en vez de utilizar esa inteligencia en la agricultura, en armonizarse con la naturaleza a través de su espiritualidad, gastando tiempo en la construcción de sus templos, no la hubiere utilizado para el desarrollo armamentista? Recordemos que a los españoles se los enfrentó solo con lanzas y flechas que eran sus instrumentos de caza, casi podría decirse las herramientas de trabajo.
Ni el Inca ni ningún pueblo originario de América estaban preparados para la guerra, la razón es sencilla: No les hacía falta pelear, no tenían necesidades… El alimento estaba al alcance de la mano, no necesitaban dinero, no necesitaban poder. El territorio era extenso, no estaban hacinados, no había necesidad de pelear por el territorio. La vida de los pueblos originarios era de una simpleza extraordinaria, el tawantisuyo era la organización social mas perfecta… Todo era de todos. No existía el hambre y las enfermedades, eran solo dolencias pasajeras que se curaban con los remedios que la naturaleza les brindaba. La gente vivía feliz y armoniosamente, de esa forma el espíritu no se enfermaba y en lo físico se reflejaba esa armonía.
Pero llegó la conquista y la paz se terminó en nuestro continente. Milenios de felicidad y buen vivir fueron desvastados por la avaricia, crueldad y deseo de poder del conquistador Europeo, que llegó con sus vicios y sus enfermedades.
Fue un 12 de octubre de 1492. es por eso que los pueblos originarios celebran el once de octubre como el último día de libertad, a partir del día siguiente, ya nada volvería a ser igual.¿Será necesario declarar el 13 de octubre primer día de resistencia?
Hace cinco siglos religión y poder estaba unido, es por eso que unida a la espada venía la cruz cristiana. En 1492. Los católicos invaden América.
Solo en los primeros 150 años de conquista, y según cifras oficiales, llegaron a puertos españoles mas de 185.000 kilos de oro y 35 millones de libras de plata pura. Jamás Europa había visto tanta riqueza junta; mas de tres veces la guardada en todos los bancos del viejo continente por aquel entonces. Con este saqueo Europa realizó el mayor robo que hasta hoy se tenga noticias.
Pero el saqueo estaba acompañado de algo mas triste aún: El genocidio.
Cuando los conquistadores llegaron a América vivían en nuestro continente unos 70 millones de personas, después de los primeros 150 años de colonia, esta población había sido reducida a menos de la décima parte.
Morían a filo de espada, en trabajos forzados, contagiados de viruela y otras pestes traídas por los conquistadores. Los habitantes de las islas del caribe fueron prácticamente exterminados en los primeros 20 años de la llegada de los españoles. Solo en los socavones de la mina de plata de Potosí murieron 8 millones de indígenas, trabajando día y noche hasta reventárseles los pulmones para enriquecer a sus amos. Así los europeos amasaron enormes riquezas… Jamás en la historia de la humanidad ningún imperio contó con tanta mano de obra esclava. El precio de la riqueza española costó 65 millones de seres humanos; 500 mil víctimas por año; mil muertos por día durante los primeros 150 años de conquista, que luego en una demagogia total intenta llamar encuentro de culturas.
Como dijimos al comienzo este continuo intento de supresión cultural continúa hasta nuestros tiempos.
Cuando un ejército entra en otro Estado a sangre y fuego, todos los que vienen detrás, curas, docentes, chacareros y demás son cómplices directa o indirectamente del conquistador. Todos vienen a terminar la obra que comenzó el ejército con la violencia dejando un terreno fértil para sembrar una nueva cultura. Eso pasó en América. Eso pasó y está pasando hoy en Argentina. Las naciones preexistentes del continente son invisibles ante la prepotencia de los Estados. Los pueblos originarios son tomado solo como parte de un folclore o una historia pasada, desvalorizados, invisibles…Minimizada la crueldad a los que fueron sometidos estos pueblos para poder crear el estado Argentino.
Minimizar esa crueldad es la única forma de concebir las campañas de exterminio llevadas a cabo por los gobiernos genocidas de la republica Argentina, es la única forma de poder izar una bandera celeste y blanca manchada con la sangre de miles de seres humanos. De no ser así no se entiende por qué los Argentinos nos hemos vueltos tan malos… Sin duda no teneos memoria o no conocemos sobre qué se cimentó la soberanía nacional. De no ser así, no podríamos llorar por 30.000 desaparecidos, cuando antes se exterminó pueblos enteros. ¡Y fue el mismo Estado Argentino, con sus mismas prácticas de terrorismo de Estado!
Recién en la última reforma constitucional, en el año 1.984 se derogó el artículo que decía “convertir a los nativos al catolicismo” teniendo en cuenta que desde la creación del Estado había libertad de culto en todo el territorio nacional. Pero los nativos por ley, debían ser católicos. Borrar la identidad de los pueblos es la forma mas concreta de exterminarlos.
El intento de supresión continúa hoy, a través de la falta de promoción de las Naciones originarias, de la falta de un resarcimiento histórico de la deuda que el país Europizado llamado Argentina tiene para con los originales habitantes del territorio.
El día que el Estado reconozca la barbarie cometida, el día que reconozca los errores y trate de enmendarlos.
Cuando los dirigentes no piensen solo en los réditos políticos a obtener e intenten un acercamiento real sin paternalismo, respetando la idiosincrasia de los pueblos originarios y promoviendo su cultura. Recién ese día, Argentina comenzará a nacer. En 200 años, Argentina no ha aprendido a vivir.
La formación de un ser nacional se hará desde la interculturalidad, respetando cada una de las culturas originarias e inmigrantes, de esa forma podrá vencer la desarmonía, consecuencia de la transgresión a las leyes naturales de convivencia y juntos avanzar hacia un futuro en paz.
Juan Carlos Corón.
Los Toldos.
Equipo de Educación Intercultural
PU KILELTUCHEFE
Los Toldos.
Equipo de Educación Intercultural
PU KILELTUCHEFE
Vía Klamahama
Mucha verdad en todo Juan Carlos; todos debemos hacernos cargo de ese pedazo de responsabilidad que nos corresponde. Es un alivio saber que hay gente que no reniega de sus raíces y pelea para que le sean reconocidos sus derechos. Felicitaciones a todos los que en Los Toldos, y en todos lados, están llevando adelante esta lucha. Que estoy seguro que no debe ser fácil y les cuesta mucho laburo, más sabiendo que muchas veces nos interesa bastante poco lo que le pasa al de al lado, lamentablemente... Saludos!!
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