Hay banderitas argentinas por todos lados. En las fotos que muestran a D’Elia llamando a armarse para defender al gobierno, en los cacerolazos, en los cortes de ruta de los ruralistas y de los camioneros, en los actos a favor de Cristina, en los actos contra Cristina. Banderitas argentinas, celestes y blancas, inocentes, lindas las banderitas argentinas. Pienso que los únicos que ganaron con este conflicto absurdo e innecesario son los fabricantes de banderitas argentinas. Recuerdo también la escena de la película “No habrá más penas ni olvido” donde un grupo paramilitar al grito de - Viva Perón, carajo! fusila al personaje encarnado por Ulises Dumont que muere - fusilado - al grito de Viva Perón, carajo! En Argentina se puede matar y morir defendiendo la misma causa. Generalmente, una causa equivocada. Recuerdo la alegría infantil de Ulises Dumont descargado desde el cielo, como un Lupín justiciero, en una travesura que sabía sería póstuma, una lluvia de mierda. La mierda cubriéndolo todo y anunciando que habrá, sí, muchas más penas y olvidos. La mierda cubriéndolo todo menos las banderitas argentinas. Son las banderitas argentinas que sobraron de la última ilusión mundialista. Banderitas argentinas de la toma de Malvinas. Banderitas argentinas a izquierda, derecha, al centro y adentro. Todo en Argentina es hoy, una vez más, intolerancia y locura pura, celeste y blanca. Se odia con una banderita argentina en la mano. Se insulta con una banderita argentina en la mano. Se llora, se putea, se pelea, se reclama, se proclama, se golpea, todo se da y se niega, con una banderita argentina en la mano. El Gobierno afirma que todos somos Argentina, todos menos los productores agropecuarios que reclaman en el Monumento a la Banderita Argentina. No puedo dejar de pensar que tal vez nadie sea Argentina. Es una idea hermosa y reconfortante. Si nadie es Argentina, parafraseando a Diego Armando, la banderita argentina no se manchará. Inmaculada, ella sobrevivirá para tiempos y causas mejores que la merezcan. Es tranquilizador saber que nadie es Argentina. Así puedo pensar nuestro país apenas como una aspiración. Algo que sólo nos será dado cuando seamos capaces de renunciar a lo peor de nosotros mismos. Propongo que hasta erradicar la arrogancia, hasta purgar la estupidez nadie será Argentina. Hasta que para que un argentino no haya nada mejor que un otro, sea o no argentino, nadie será Argentina. Ni D’Elia ni De Angelis, ni Néstor ni Cristina, hasta que aprendamos a dialogar y entendernos, nadie será Argentina. Mientras tanto será necesario comprar paraguas para protegerse de la lluvia de mierda y armarse sí, pero de paciencia. Y sobre todo, dejar en paz a la banderita argentina.
Desde las últimas horas de ayer se están realizando cadenas de sms, alertando no solo a la gente del sector rural sino tambien a la población, sobre presuntos sospechosos que están circulando en unidades desconocidas para nuestro territorio. Serían un Galaxi verde, Fiat tempra y una camioneta azul. La información da cuenta que estarían encendiendo fuego los campos y cortando los silos bolsa. Ya habrían estado en Junín, 9 de Julio y ahora el turno ya es para el partido de Gral. Viamonte. Varios chacareros habrían sufrido éste tipo de atentados. Sugerimos desde aquí que persona vea alguna actitud sospechosa en la zona rural, avisen a la estación comunal de policia.
Volví a Los Toldos después de poco más de un mes, encontré, en mi entorno, básicamente tres sentimientos con respecto al conflicto que hasta ahora parece interminable; hartazgo, incertidumbre y preocupación. Intenté preguntar, a quienes me parecía interesante hacerlo, que me cuenten como andaban las cosas por mis pagos, y con la intención de saber en cuanto y en como se veían perjudicados por este conflicto. Nuevamente, como hace un mes me habían contado, siguen bajando las ventas en los comercios, estén o no relacionados con el campo, y algo mas preocupante todavía, las ventas bajaron hasta en las farmacias. El sábado, y esto sin preguntar a nadie, vi como una a una empezaban a cerrar las estaciones de servicio; vi como poco a poco empezaban a vaciarse de autos y motos la calles de nuestra ciudad, y vi como la situación empieza a agravarse cada vez mas. Ya no queremos que el conflicto se solucione, lo necesitamos. Es una nueva necesidad que se suma a todas las necesidades que urgen resolver en este país donde parece que nos encanta estar en problemas. Como si esto fuera poco, el sábado al mediodía me tocó almorzar, junto con mi familia, presenciando vía televisión el desalojo, o intento de desalojo, por parte de la gendarmería de las rutas a transportistas y ruralistas, y a cualquier persona que estaba allí apoyando a quienes estaban pidiendo que las cosas se hagan de una mejor forma. Cada vez que me llevaba el tenedor a la boca veía como mi mano derecha temblaba, tuve mucho miedo, realmente pensé que esto iba a terminar mal, pero por suerte la gendarmería depuso su posición y volvió la calma. Al menos a mi cuerpo. Se sumaron a aquellos tres sentimientos que mencioné anteriormente el miedo y la indignación. Y en mi cabeza rebotaba la palabra represión, que por supuesto es muy mal recibida por todos los argentinos. Por suerte, aunque preocupante, resultó ser un escarmiento, resultó ser una prueba del gobierno nacional para ver como reaccionaría la gente a un desalojo violento de las rutas. Afortunadamente todos criticamos esta forma de hacer las cosas y el gobierno lo entendió. La gente demostró su disgusto en muchos cacerolazos; uno de los cuales se hizo frente a las puertas de la quinta de Olivos. Pero esto terminó muy mal. Tres colectivos escolares (esos de color naranja que andan por las calles de Capital Federal) llegaron al lugar con cien personas que se identificaron como parte de la juventud peronista; esta gente bajó con palos e insultando a los protestantes y procedieron a desalojar el lugar con una violencia inusitada. Nuevamente la palabra represión se instaló en mi cabeza, pero esta vez fue mucho mas grave, la represión no era parte del monopolio de la fuerza que tiene la capacidad de usar constitucionalmente el Estado, sino que era un grupo para-policial y para-oficial. El desalojo por la fuerza de este grupo que se adjudicó las facultades de los organismos de prevención (policía, gendarmería, etc.) atentó directamente contra la democracia que dicen defender. La imanen que habló por si sola fue la que exponía a una persona mostrando a una cámara de televisión un cartelito que decía: “no a la represión”, e inmediatamente llegó uno de los integrantes de este grupo para-policial y le proporcionó una increíble trompada. Mi preocupación crecía verticalmente. Y como si esto fuera poco, unas horas después de este lamentable episodio de violencia, sale a hablar por los medios de comunicación el Señor Luis Impresentable D’Elía, incitando a la gente a armase en “defensa de la patria”, citando equivocadamente el artículo 21 de la Constitución, diciendo que este artículo nos lo permitía. Primero que todo habló de “que los argentinos bien nacidos…”, la Constitución dice que quienes tienen la obligación de armarse son los “ciudadanos argentinos”, no dice nada de bien nacidos. Y segundo, no debe ser Luis Impresentable D’Elía quien llame a que nos armemos en defensa de la patria, sino que esa facultad la tiene el Congreso y el Ejecutivo mediante decretos. Doctrinalmente se interpreta a este artículo como la facultad que tiene el Estado de reclutar gente para poblar las filas del Ejército Argentino en caso de necesidad, en caso de que sea ineludible la necesidad de armar a la gente común para defender La Patria de ataques, en especial de ataques extranjeros. Nuevamente se está malinterpretando la Constitución, espero ver a algún Fiscal actuando de oficio durante estos días para advertir e imputar a Luis Impresentable D’Elía de incentivar la violencia y los demás delitos que correspondan. Como lo hicieron cuando se le abrió una causa a De Angelis cuando contó que muchos ruralistas andaban con escopetas en sus vehículos, imputándolo del delito de acopio de armas. Estas declaraciones del vocero extra oficial del matrimonio presidencial hizo rebrotar, y en mucha mayor medida, el sentimiento de preocupación que ya estaba instalado en la gente y el resultado fue una increíble convocatoria de lo ciudadanos en las esquinas de incontables ciudades del país con sus cacerolas, y en muchos otros lugares, en simultaneo, las bocinas se hicieron escuchar repudiando el pedido de Luis Impresentable D’Elía de que la gente se arme. Aprovechando también la situación para pedir que por favor el conflicto termine de una vez por todas. Creo que este no es un dato que debemos desechar rápidamente, la gente se manifestó en contra de la violencia, la gente quiere paz, la gente quiere que su país siga produciendo como en estos últimos años, estamos cansados de la soberbia, de la intimidación, de la provocación; queremos paz, es el pedido que se escucha al unísono y que debe ser escuchado por el gobierno nacional. Anoche leía en un cartel de los piqueteros “K”: “comemos carne de vaca o comemos carne de gorilas”; mi percepción me indica que esto es una amenaza; es otra amenaza que se suma a todas las que el oficialismo esta haciendo para coartar el libre albedrío de la gente opositora, están coartando la libertad de expresión. Si a mi me amenazan jamás voy a expresarme con tranquilidad, y aquí vuelve el miedo a la represión, esto es gravísimo. Estoy indignado, seguimos cavando el pozo donde vamos a ser enterrados, dentro de pocos ya estaremos eligiendo nuestro epitafio, y si seguimos así demasiado tiempo también seremos quienes apretemos los gatillos… Dejemos de seguir buscando en el cajón de los sentimientos los sentimientos más paupérrimos existentes y saquemos a relucir con honra el sentimiento de la compresión y de la paz, basta de odiarnos entre argentinos…
¿Para que ir a votar cada 4 años un presidente? ¿Leyes? ¿Estado de derecho? ¿Debate, diálogo, congreso? ¿Reclamar ante la justicia? ¿Que es eso? No viejo, eso es judicializar la propuesta, digo la protesta ¿estás en pedo?
Ahora la izquierda y la derecha por fin coinciden en algo: el mejor sistema de competencia y gobierno es la rutocracia. Si la democracia argentina se ha propuesto que las pujas se dirimen en las rutas, lo mejor es abolir el sistema de elecciones y establecer una Rutocracia Quilombera Irrepresentativa; el sector que corta más rutas gobierna hasta que otro le gane. Las rutas van a estar muy solicitadas, va a haber colas de grupos esperando encontrar una ruta libre para poder cortar:
-Déjennos cortar a nosotros que llegamos primero, hace más de tres días que hacemos cola y somos los Salvadores de la Patria Occidental y Cristina, digo Cristiana...
-No, salgan de acá fachos de mierda, nosotros llegamos primero y somos los Salvadores de la Patria Socialista, rajen de acá... !Si Evita viviera estaría cortando una ruta!...
Lo mejor para la salud de la rutocracia será construir más rutas.
Mientras tanto el pueblo se jode, nos jodemos, eso en definitiva no cambia.
mmmmmilanesa!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarEN HOMENAJE AL UNICO "OSCAR ARIAS"
ResponderEliminar* "MURIÓ COMO TRICOTA DE SAPO¨
* "VAS A SUFRIR COMO GATO HERVIDO"
* "ALUNADO COMO HOCICO DE PERRO"
* "QUE HACES CHICHARRÓN DE CHANCHO!!!"
* "DIGO LO QUE DIGO LO QUE DIGO"
* "TÁPENSE LOS OÍDOS QUE ESTAMOS LLORANDO"
* "LE VAN A REVENTAR LA NARIZ A MANIJAZOS"
* "¡¡¡QUE HACES EMPACHADO DE HAMBRE!!!"
* "TE VOY A HACER CASCOTES"
* "EN SEPTIEMBRE VAN A REVENTAR LOS TECHOS"
* "YO NO VENGO CON MENTIRAS MENTIROSAS"
* "AHORA SE LES VAN A PONER LAS ALPARGATAS COMO ZAPATO DE ANGOLA"
* "YO NO VENGO CON BANDERAS ABIERTAS"
* "A MI EL CHAGUANCO NO ME CONVIENE"
* "NO HAY QUE ESTIRAR LA TROMPA COMO TROPA DE CHANCHO"
* "SI NO TE DA VERGÜENZA TE VAS A CHACARITA A PELAR PAPAS"
* "YO NO SOY LOCO, YO SOY DEMENTE"
* "ANDO SECO Y SIN PLATA"
jajja que grande el rubio!!! habia una pagina. alguien me puede decir cual es?
ResponderEliminarBANDERITAS ARGENTINAS
ResponderEliminarHay banderitas argentinas por todos lados. En las fotos que muestran a D’Elia llamando a armarse para defender al gobierno, en los cacerolazos, en los cortes de ruta de los ruralistas y de los camioneros, en los actos a favor de Cristina, en los actos contra Cristina. Banderitas argentinas, celestes y blancas, inocentes, lindas las banderitas argentinas. Pienso que los únicos que ganaron con este conflicto absurdo e innecesario son los fabricantes de banderitas argentinas. Recuerdo también la escena de la película “No habrá más penas ni olvido” donde un grupo paramilitar al grito de - Viva Perón, carajo! fusila al personaje encarnado por Ulises Dumont que muere
- fusilado - al grito de Viva Perón, carajo! En Argentina se puede matar y morir defendiendo la misma causa. Generalmente, una causa equivocada. Recuerdo la alegría infantil de Ulises Dumont descargado desde el cielo, como un Lupín justiciero, en una travesura que sabía sería póstuma, una lluvia de mierda. La mierda cubriéndolo todo y anunciando que habrá, sí, muchas más penas y olvidos. La mierda cubriéndolo todo menos las banderitas argentinas. Son las banderitas argentinas que sobraron de la última ilusión mundialista. Banderitas argentinas de la toma de Malvinas. Banderitas argentinas a izquierda, derecha, al centro y adentro. Todo en Argentina es hoy, una vez más, intolerancia y locura pura, celeste y blanca. Se odia con una banderita argentina en la mano. Se insulta con una banderita argentina en la mano. Se llora, se putea, se pelea, se reclama, se proclama, se golpea, todo se da y se niega, con una banderita argentina en la mano. El Gobierno afirma que todos somos Argentina, todos menos los productores agropecuarios que reclaman en el Monumento a la Banderita Argentina. No puedo dejar de pensar que tal vez nadie sea Argentina. Es una idea hermosa y reconfortante. Si nadie es Argentina, parafraseando a Diego Armando, la banderita argentina no se manchará. Inmaculada, ella sobrevivirá para tiempos y causas mejores que la merezcan. Es tranquilizador saber que nadie es Argentina. Así puedo pensar nuestro país apenas como una aspiración. Algo que sólo nos será dado cuando seamos capaces de renunciar a lo peor de nosotros mismos. Propongo que hasta erradicar la arrogancia, hasta purgar la estupidez nadie será Argentina. Hasta que para que un argentino no haya nada mejor que un otro, sea o no argentino, nadie será Argentina. Ni D’Elia ni De Angelis, ni Néstor ni Cristina, hasta que aprendamos a dialogar y entendernos, nadie será Argentina. Mientras tanto será necesario comprar paraguas para protegerse de la lluvia de mierda y armarse sí, pero de paciencia. Y sobre todo, dejar en paz a la banderita argentina.
Ahora el alerta llegó a Los Toldos.
ResponderEliminarDesde las últimas horas de ayer se están realizando cadenas de sms, alertando no solo a la gente del sector rural sino tambien a la población, sobre presuntos sospechosos que están circulando en unidades desconocidas para nuestro territorio. Serían un Galaxi verde, Fiat tempra y una camioneta azul. La información da cuenta que estarían encendiendo fuego los campos y cortando los silos bolsa. Ya habrían estado en Junín, 9 de Julio y ahora el turno ya es para el partido de Gral. Viamonte. Varios chacareros habrían sufrido éste tipo de atentados.
Sugerimos desde aquí que persona vea alguna actitud sospechosa en la zona rural, avisen a la estación comunal de policia.
Volví a Los Toldos después de poco más de un mes, encontré, en mi entorno, básicamente tres sentimientos con respecto al conflicto que hasta ahora parece interminable; hartazgo, incertidumbre y preocupación. Intenté preguntar, a quienes me parecía interesante hacerlo, que me cuenten como andaban las cosas por mis pagos, y con la intención de saber en cuanto y en como se veían perjudicados por este conflicto. Nuevamente, como hace un mes me habían contado, siguen bajando las ventas en los comercios, estén o no relacionados con el campo, y algo mas preocupante todavía, las ventas bajaron hasta en las farmacias. El sábado, y esto sin preguntar a nadie, vi como una a una empezaban a cerrar las estaciones de servicio; vi como poco a poco empezaban a vaciarse de autos y motos la calles de nuestra ciudad, y vi como la situación empieza a agravarse cada vez mas. Ya no queremos que el conflicto se solucione, lo necesitamos. Es una nueva necesidad que se suma a todas las necesidades que urgen resolver en este país donde parece que nos encanta estar en problemas. Como si esto fuera poco, el sábado al mediodía me tocó almorzar, junto con mi familia, presenciando vía televisión el desalojo, o intento de desalojo, por parte de la gendarmería de las rutas a transportistas y ruralistas, y a cualquier persona que estaba allí apoyando a quienes estaban pidiendo que las cosas se hagan de una mejor forma. Cada vez que me llevaba el tenedor a la boca veía como mi mano derecha temblaba, tuve mucho miedo, realmente pensé que esto iba a terminar mal, pero por suerte la gendarmería depuso su posición y volvió la calma. Al menos a mi cuerpo. Se sumaron a aquellos tres sentimientos que mencioné anteriormente el miedo y la indignación. Y en mi cabeza rebotaba la palabra represión, que por supuesto es muy mal recibida por todos los argentinos. Por suerte, aunque preocupante, resultó ser un escarmiento, resultó ser una prueba del gobierno nacional para ver como reaccionaría la gente a un desalojo violento de las rutas. Afortunadamente todos criticamos esta forma de hacer las cosas y el gobierno lo entendió. La gente demostró su disgusto en muchos cacerolazos; uno de los cuales se hizo frente a las puertas de la quinta de Olivos. Pero esto terminó muy mal. Tres colectivos escolares (esos de color naranja que andan por las calles de Capital Federal) llegaron al lugar con cien personas que se identificaron como parte de la juventud peronista; esta gente bajó con palos e insultando a los protestantes y procedieron a desalojar el lugar con una violencia inusitada. Nuevamente la palabra represión se instaló en mi cabeza, pero esta vez fue mucho mas grave, la represión no era parte del monopolio de la fuerza que tiene la capacidad de usar constitucionalmente el Estado, sino que era un grupo para-policial y para-oficial. El desalojo por la fuerza de este grupo que se adjudicó las facultades de los organismos de prevención (policía, gendarmería, etc.) atentó directamente contra la democracia que dicen defender. La imanen que habló por si sola fue la que exponía a una persona mostrando a una cámara de televisión un cartelito que decía: “no a la represión”, e inmediatamente llegó uno de los integrantes de este grupo para-policial y le proporcionó una increíble trompada. Mi preocupación crecía verticalmente. Y como si esto fuera poco, unas horas después de este lamentable episodio de violencia, sale a hablar por los medios de comunicación el Señor Luis Impresentable D’Elía, incitando a la gente a armase en “defensa de la patria”, citando equivocadamente el artículo 21 de la Constitución, diciendo que este artículo nos lo permitía. Primero que todo habló de “que los argentinos bien nacidos…”, la Constitución dice que quienes tienen la obligación de armarse son los “ciudadanos argentinos”, no dice nada de bien nacidos. Y segundo, no debe ser Luis Impresentable D’Elía quien llame a que nos armemos en defensa de la patria, sino que esa facultad la tiene el Congreso y el Ejecutivo mediante decretos. Doctrinalmente se interpreta a este artículo como la facultad que tiene el Estado de reclutar gente para poblar las filas del Ejército Argentino en caso de necesidad, en caso de que sea ineludible la necesidad de armar a la gente común para defender La Patria de ataques, en especial de ataques extranjeros. Nuevamente se está malinterpretando la Constitución, espero ver a algún Fiscal actuando de oficio durante estos días para advertir e imputar a Luis Impresentable D’Elía de incentivar la violencia y los demás delitos que correspondan. Como lo hicieron cuando se le abrió una causa a De Angelis cuando contó que muchos ruralistas andaban con escopetas en sus vehículos, imputándolo del delito de acopio de armas. Estas declaraciones del vocero extra oficial del matrimonio presidencial hizo rebrotar, y en mucha mayor medida, el sentimiento de preocupación que ya estaba instalado en la gente y el resultado fue una increíble convocatoria de lo ciudadanos en las esquinas de incontables ciudades del país con sus cacerolas, y en muchos otros lugares, en simultaneo, las bocinas se hicieron escuchar repudiando el pedido de Luis Impresentable D’Elía de que la gente se arme. Aprovechando también la situación para pedir que por favor el conflicto termine de una vez por todas. Creo que este no es un dato que debemos desechar rápidamente, la gente se manifestó en contra de la violencia, la gente quiere paz, la gente quiere que su país siga produciendo como en estos últimos años, estamos cansados de la soberbia, de la intimidación, de la provocación; queremos paz, es el pedido que se escucha al unísono y que debe ser escuchado por el gobierno nacional. Anoche leía en un cartel de los piqueteros “K”: “comemos carne de vaca o comemos carne de gorilas”; mi percepción me indica que esto es una amenaza; es otra amenaza que se suma a todas las que el oficialismo esta haciendo para coartar el libre albedrío de la gente opositora, están coartando la libertad de expresión. Si a mi me amenazan jamás voy a expresarme con tranquilidad, y aquí vuelve el miedo a la represión, esto es gravísimo. Estoy indignado, seguimos cavando el pozo donde vamos a ser enterrados, dentro de pocos ya estaremos eligiendo nuestro epitafio, y si seguimos así demasiado tiempo también seremos quienes apretemos los gatillos… Dejemos de seguir buscando en el cajón de los sentimientos los sentimientos más paupérrimos existentes y saquemos a relucir con honra el sentimiento de la compresión y de la paz, basta de odiarnos entre argentinos…
ResponderEliminar¿Para que ir a votar cada 4 años un presidente? ¿Leyes? ¿Estado de derecho? ¿Debate, diálogo, congreso? ¿Reclamar ante la justicia? ¿Que es eso? No viejo, eso es judicializar la propuesta, digo la protesta ¿estás en pedo?
ResponderEliminarAhora la izquierda y la derecha por fin coinciden en algo: el mejor sistema de competencia y gobierno es la rutocracia. Si la democracia argentina se ha propuesto que las pujas se dirimen en las rutas, lo mejor es abolir el sistema de elecciones y establecer una Rutocracia Quilombera Irrepresentativa; el sector que corta más rutas gobierna hasta que otro le gane. Las rutas van a estar muy solicitadas, va a haber colas de grupos esperando encontrar una ruta libre para poder cortar:
-Déjennos cortar a nosotros que llegamos primero, hace más de tres días que hacemos cola y somos los Salvadores de la Patria Occidental y Cristina, digo Cristiana...
-No, salgan de acá fachos de mierda, nosotros llegamos primero y somos los Salvadores de la Patria Socialista, rajen de acá... !Si Evita viviera estaría cortando una ruta!...
Lo mejor para la salud de la rutocracia será construir más rutas.
Mientras tanto el pueblo se jode, nos jodemos, eso en definitiva no cambia.