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La película que se filmara a comienzos del 2006 en Los Toldos (por primera vez se rodó un largometraje aquí) se terminó de editar en abril del 2007, un día antes de que fuera proyectada en el BAFICI. Luego tuvo un andar por varios festivales: Festival de Tandil; Festival de Antofagasta, Chile; el Festival de Cine y Música de Bélgica; Festival de Cine Latinoamericano en Toulouse, Francia. Y el 29 de mayo esta invitada al festival de Cine de Varsovia, Polonia.
Gaspar Scheuer es sonidista. Posee un amplio currículum en el ambiente de producciones audiovisuales desde “los ruiditos”, Con participación en Whisky Romeo Zulú, El destino, Oscar, Memoria del Saqueo, La quimera de los héroes, etc. Pero también ha incursionado en realizaciones con el lente, de su autoría, en cortometrajes y unitarios. Programas para la televisión local como “El Baúl” 1 y 2 en 1992, “El Informe de Suarez” de 1995, que trata sobre la problemática de la herencia de los campos de Coliqueo; o “Fragmento de los Hecatombistas”, cortometraje del año 2001. Con la realización del Desierto Negro subió la apuesta, y puede observarse su inmensa creatividad y búsqueda inagotable de su autor, quien además de virtuoso realizador audiovisual, vale destacarlo como un buen tipo. Y eso valió para la concreción del proyecto, que contó con un gran apoyo local y del equipo de trabajo.Llevar a la pantalla la historia de un gaucho fugitivo en finales del Siglo XIX no es una tarea fácil. El trabajo de producción, investigación, locación y otros debieron ser claros y acatar ciertos requisitos de contenidos propios de la época en que transcurre el relato.
“Tenia la idea de un gaucho fugitivo. Tenía idea de la imagen que podía tener la película, como filmarla, a que temas se podría, pero no un guion. Y empezamos a bajarlo a papel, y tampoco se escribió todo. Durante el rodaje mismo se seguía reescribiendo la historia. Escribiendo y tachando y escribiendo de vuelta. El desierto negro tuvo un importante trabajo de escritura, y hasta que no se llego a una primera versión considerada lista, no empezamos a producirlo. Fueron dos años de escritura que haces añicos en tres semanas”.
“Por suerte al ser un proyecto tan independiente y tan manejado por un grupo reducido no teníamos presión por nadie y el tiempo lo preparamos nosotros, preparar el rancho, buscar el lugar de filmar, lo dictábamos nosotros. De otra manera hubiera sido angustiante, pero estuvimos un año preparándolo... Revocando a mano una pared para que parezca de barro y cosas así. Creo que si bien reconozco en la peli defectos, en ningún momento llama la atención la cuestión temporal. Nadie se molesta por esto. Seguramente el experto encuentra algo, tipo “En 1880 la bombacha aun no estaba popularizada,…” Tendrá sus cosas, seguramente, pero quedan en segundo plano. No parece un ballet en el escenario mayor de Cosquín, ni un desfile del día de la tradición. Es gente de campo, viviendo en el campo. Y todos los actores lo llevan con naturalidad, cabalgan con naturalidad, usan sus cuchillos con naturalidad… Eso está aprobado”.
“Incluso hasta ultimo momento pensamos en la posibilidad de que el gaucho vaya caminando por el desierto y que pase por debajo de un cartel oxidado con la publicidad de un automóvil, como si la película transcurría en un futuro lejano, un después de todo, con rastros del pasado. Eso que por un lado facilitaba que apareciera cualquier cosa, permitía que pueda aparecer un teléfono, o pasar un rastrojero, disparaba también la película a un horizonte infinito… Entonces centramos esa atemporalidad más que en poner, en sacar cosas, y que aparezca lo menos posible. Hoy, si vas al campo, podes encontrar personajes de más de cien años, con su bombacha y su caballo y si no le ves el celular o la alpargata de goma no notas diferencias”.
El momento de la idea fue inverso al imaginado. No es que Gaspar Pensó en el film y fue en busca de información de época, sino al revés. “Primero fue el interés por ese período histórico. Estaba leyendo esa literatura y esas fuentes, y empecé a imaginarme que podríamos filmar una película así en Los Toldos. Se lo comenté a quienes en ese momento eran solo mis amigos (hoy ya son también parte del equipo de producción). (…) Entre las bases literarias del proyecto están las “Memorias de un pobre diablo” como titulo Don Hux a los papeles que encontró de Electo Urquizo. Sin dudas que hay mucho del abordaje de cómo era esa época, y el rancho y la vida en la zona de frontera, que esta libremente inspirado en las memorias de Urquizo, y después también en todos los clásicos, Masilla, Martín Fierro, y demás. Y un cuento de un autor mendocino llamado Antonio Di Benedetto, que es la historia de un gaucho que por un remordimiento que tiene por un crimen cometido, decide lavar su conciencia haciendo la promesa de no bajarse nunca mas de un caballo, y yo pensé “que lindo filmar esta historia” y por razones de no meterse en cuestiones de derechos y adaptaciones que superaban las posibilidades con las que contábamos, decidí con ese mismo espíritu y las mismas ganas de tratar esa época, que partamos de cero con una historia que se nutra de esa época y con una imaginación que no tenga inspiración directa.”
“Pero siempre hablamos de una época alrededor de 1880/1890, como apenitas posterior a la conquista del desierto, justamente, porque esa es la época del libro de Urquizo, pero a la vez buscando no remarcar mucho eso, sino que sea vagamente atemporal”.
Si bien el proyecto contó con actores de primer nivel como Guillermo Angelelli, Mónica Lairana, Guillermo Somogyi, Mateo Deschutter, la zona de Los Toldos aportó actores precisos para la narración. Caritas y cuerpos que encuadraban perfecto en la mente de los realizadores. Y la zona también dio el aporte integro de las locaciones: diversos parajes del Cuartel II, “la Olla”, el rancho de Banfi, el rancho de Beliz, la Escuela 18, el paraje La Rinconada, el camino a San Emilio, algunas cosas en Baigorrita; los eucaliptus del balneario, la curtiembre de Pueyo cerca de la granja Hogar, el interior de la Escuela técnica…
Hoy, luego de tanto andar, los realizadores emprenden una nueva etapa, la de exponer el trabajo logrado en salas de país y el mundo; pero la etapa no concluye, sino que seguramente disparará infinitas nuevas historias a través de la percepción, comentarios y recomendaciones de los espectadores. Pero esa es una historia por delante, mientras esperamos este estreno tan particular en la Sala Leonardo Favio del Cine Italiano de nuestra ciudad, el director le habla a los lectores de Lamanuelamolina:
“Aquí pasará lo mismo, gente que sienta que verla valió la pena y gente que sentirá que no la entendió o perdió el tiempo. Y yo le diría al lector de Lamanuelamolina que no se preocupe tanto en entender el cuento, y se deje llevar por la historia o el clima de esa historia… Y que no se preocupe tanto por las respuestas envasadas en un final que le explique lo que vio, sino en las preguntas. Es una invitación a ver una película que no se basa en la reproducción del cine que estamos acostumbrados a ver. El desierto negro, como tantas otras películas, es otra manera de narrar una historia, otra manera de utilizar esa hora y media con imágenes y ruiditos”.
LA ESCENA DENTRO DE LA ESCUELA TECNICA
Nuestro puntilloso cronista tenía conocimiento de una escena que fuese filmada en el interior de la Escuela Técnica, y que la misma había sido realizada sin el conocimiento de su director Néstor Mora. El cronista propuso entonces al director si no era un buen momento para que se lo pudiese contar a través de nuestro medio, apelación que fuese muy bien recibida por el realizador audiovisual, quien dijo sentir una molestia interna por no habérselo contado aún. “Hay una escena en la que el protagonista junto a un amigo ocasional, al calor de un fogón, se sientan a contemplar la luz mala, bajo el oscuro cielo nocturno… Eso está reconstruido en un salón de la Escuela Técnica, que era el lugar donde gentilmente nos cedieron como centro de operaciones de la producción. Fue el lugar donde el equipo dormía, comía, y donde se producía la película.
Para poder filmar esa hora y media de película hay que tener un plan riguroso de producción, cuanto filmar de día, cuanto de noche, como organizarse para que cuando viene un actor filmar todo lo que lo incluye. Bueno, ese día teníamos que filmar esa escena porque sino era un trastorno, y desde muy temprano estaba lloviendo, y cada vez llovía más y se acercaba la hora, y bueno, un desafío que la naturaleza propuso y que el departamento de arte supero con cientos de carretillas de tierra, y telones negros, y el ingenio del departamento de fotografía que logró que eso pareciera la pampa. Así, lo logramos. Luego, con la misma rapidez con que fue montado, fue rigurosamente limpiado”.
EL TRATO AMABLE Y EL TRATO POLICIACO
Consultamos a Gaspar sobre el trato recibido por la comunidad en la realización del rodaje. “El trato fue casi unánimemente de una gentileza y generosidad que superó todas las expectativas (En LMM Nº 4 figura el listado de instituciones y personas que colaboraron). Pero hay una salvedad y tiene que ver con la policía local, que inexplicablemente entorpecía innecesariamente el rodaje, deteniendo una y otra vez el auto de producción cuando ya lo conocían. Intentado analizar la cuestión creo que tiene que ver a veces con el prejuicio a lo no habitual.
Tal vez una fracción del pueblo se sentía intimidada. Por ejemplo en uno de los tantos momentos en que la policía nos detiene, hace mención a las caras y a las barbas. Justamente se estaban dejando las barbas para la película. Y si no fuera… Que problema hay? Mira si los afeitaban? Por suerte no llegó a esos extremos.
Como conclusión, a lo mejor todavía queda esa cosa de que una parte del pueblo se siente violentada ante lo desconocido, ante el forastero, y supongo que la policía representaba esos intereses. Pero finalmente por suerte, no hubo victimas que lamentar…”
Por empezar es una gran película. Y además está hecha por los tipos más sensibles que andan por acá, y que eso se proyecte en una pantalla siempre va a ser una fiesta.
ResponderEliminarMis saludos y los agradecimientos de siempre.
Es una película cautivante y de una estética impecable. Gaspar, cuenta una historia sencilla con una imponente banda de sonido en un blanco y negro impactante. Será una fiesta hoy, sin duda, disfruten este film diferente.
ResponderEliminarUn saludo
Silvia Sasarini
Hola!! anoche fui a ver la peli! me encantaron las tomas, los paisajes, la sencillez, reconocer algunos lugares y personajes.. la verdad es un orgullo toldense.
ResponderEliminarCine negro y luminoso en una película valiosa. Eisenstein hubiera aplaudido de pie.
ResponderEliminarEsperamos por la próxima, saludos Gaspar.
la vi y ??????????
ResponderEliminarhola como estan? me llamo sandra y vivo en carlos paz vine a visitar unos familiares a los toldo y tuve una grata sorpresa que un señor todo barbudo asi bien de epoca me dijo que su caballo habia participado junto con el en el filme me causo mucho asombro y fue un honor muy grande poder montar su caballo al cual me dijo que yo era la primera mujer que montaba tome fotos y las voy a subir a mi pagina www.perfspot.com/sandramar solo me falta ver la pelicula atte sandra de carlos paz
ResponderEliminarApuesto cien a uno a que era Fran el Gomero
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