La Importancia Del 24 De Marzo: Día De La Memoria Nacional

La fecha instaurada desde el año 2006 como feriado nacional es el hecho histórico contemporáneo más próximo en el calendario a nuestros días. Es importante darle continuidad, sentidos y fundamentalmente compromiso. A través de él, es necesario desterrar la ignorancia media de nuestras comunidades para ir tras un país mejor.

Por Antonio Andrés Adamini

Autor de la fotografía

El pasado 24 de febrero las crónicas periodísticas del día me brindaron una vez más, esa emoción contenida que brota cada vez que algo así sucede. Las abuelas de Plaza de Mayo habían encontrado a Francisco Madariaga Quintela, el nieto recuperado número 101. Caso especial, hijo del secretario del organismo, el encuentro estaba teñido de risas, bromas, y por supuesto, el profundo dolor de años de ausencias y sombras como la de su mamá, desaparecida luego de dar a luz en cautiverio. Me emocionó profundamente lo sucedido. Sucede en mí sin más, cada vez que veo a los chicos de mi misma edad en estas situaciones; bah, me pasa ante cada situación particular generada por la nefasta dictadura, ante cada dolor general.

Las tareas del día me llevaron a la calle, Los Toldos despertaba, comenzaba a andar, la cuestión quedo dando vueltas en mí. La gente pasaba a mí lado, pensaba en cuantos aún justifican aquella locura, cuantos buscan pautas para defender la atrocidad cometida, y pensé en lo importante que es sostener el 24 de marzo como fecha para no olvidar, para volver a decirnos a nosotros mismos que POR FAVOR, Nunca Más tamaña atrocidad. Recordé cada vez que el tema llega a un diálogo de mesa, a una charla informal…“Derechos humanos para unos, los desaparecidos”, se escucha; “Por qué no se habla de las bombas que pusieron los montoneros”, agregan otros; “yo lo viví, yo sé lo que fue, lo desaparecidos no eran santitos…” bobea otro en declaraciones que no logro incorporar, que no puedo digerir, que me duelen, me hacen mal, me dan bronca. ¿Cómo puede haber gente tan terriblemente cerrada? ¿Sabrán lo que justifican, lo que en definitiva defienden con tanto entusiasmo? Corderos ingenuos de tanta campaña sucia de desinformación y miedo. Y también, me atrevo a decirlo, mala gente. Porque todos crecemos y escuchamos, y comprendemos y podemos revertir las equivocaciones de una mentira tan bien diseñada… Pero emperrarse así luego de tantas investigaciones y hechos conocidos habla de maldad, de individualismo, de la peor actitud sostenida por un cristianismo impuesto. No puedo leerlo de otro modo.

En la misma semana en que lloré de felicidad por el nuevo nieto encontrado, recibí el vuelto de un pago en un comercio local, una moneda de $2 de curso legal, argentina, nunca había visto una así. Ahí estaba, impreso en el metal plateado el símbolo de la lucha, de la resistencia, del dolor que solo una madre que pierde a un hijo puede sentir… en esa moneda estaba el pañuelo, era una de esas ediciones limitadas lanzadas por el Gobierno Nacional en el año 2006. “Derechos Humanos. Memoria, Verdad y Justicia”, dice al reverso. Que importante, pensé. Que detalle. Cuantos la habrán rechazado, simbolizando en ella la perspectiva clarinista de rechazo a todo lo K, que huele a montoneros y “revanchismo”. Pero llegó a mí, y entre otras cosas sirvió para que me sentara a escribir esto. Y aquí está junto a mi mesa. Porque yo la guardé, es algo así como un tesoro que quiero trasmitir a mí sangre del futuro.

De algún modo, mientras miro esa moneda, siento como la lucha de HIJOS, Abuelas, Madres, organizaciones sociales, han logrado avances tan importantes. Y por supuesto, los Juicios por la Verdad que intentan, desde otro ámbito, saldar la lamentable injusticia cometida por los indultos y las leyes del Punto Final y la Obediencia Debida. Los nuevos juicios hoy vuelven a acorralar a los asesinos, torturadores, apropiadores de bebes, ladrones de bienes, defensores del neoliberalismo impuesto por Martínez de Hoz y Cavallo que hoy tantos quieren reinstaurar cobijados bajo mantos “cívicos y renovadores”. En este marco, junto a esta moneda, simple metal simbólico, destaco la actitud del gobierno nacional por no haber negociado el resguardo de la memoria. Por haber profundizado el contexto socio político desde el estado para mantener en pié la lucha. Por haber bajado el cuadro y resignificado el amplio espacio de la ESMA. Fueron hechos muy importantes.

Desde el 15 de marzo de 2006, el día 24 de marzo pasó a ser feriado nacional como “Día Nacional de la Memoria, por la verdad y la justicia”. Es la fecha histórica del hecho contemporáneo más cercano a nuestros días: El golpe militar de 1976. Y por eso es un feriado muy especial, porque es el feriado más palpable de todos. Allí se va imponiendo entre el día de la independencia, el 25 de mayo, el nacimiento de San Martín o la muerte de Belgrano. El 24 de marzo es un feriado que implica una obligación intrínseca: Pensar el país que queremos. Por que es claro que ese es el punto que debemos sostener en esta lucha por la memoria. ¿Qué país queremos construir? Un interrogante que nos involucra a todos y que todos debemos hacernos. Es el 24 de marzo la fecha precisa para hacer el ejercicio. Es el interrogante que deben tomar las docentes de primaria y secundaria, los funcionarios, los militantes sociales, las autoridades de Instituciones, los comunicadores, usted, yo. Hay que darle espacio y valor a esa fecha concreta, próxima, palpable, que significa el 24 de marzo. Es esa fecha la que simboliza los dilemas de un país por construir. Y sobre todo, un país para quién. Hay que desterrar los intereses foráneos, y construir un país para todos. Hay que construir un país con igualdad de oportunidades y para eso, hay que condenar al individualismo que genera el mercado y las rentabilidades. Hay que expulsar la corrupción y degradación estatal, privada y sindical. Hay que volver a darle calidad y compromiso a la educación, factor imprescindible. Hay que abrir el juego a que en un futuro de décadas, hayamos sido parte de lograr un país más justo. Es en definitiva por lo que tantos dieron la vida. Es lo que quisieron callar, olvidar, tapar, anular. Tenemos que luchar por eso. ¿Esto es solo palabras? No, por supuesto que no. Hay que comprometerse por una vida en comunidad. Ese es el objetivo por pensar en este 24 de marzo. Y en cada uno de los que vendrán, y habrá que sostener con compromiso. Por fue, es y seguirá siendo claro el deseo: Nunca Más. Juicio y castigo a los responsables. No hay reconciliación.