A modo de conmemoración por los 60 años de la llegada de la Familia Doeswijk a Los Toldos, traemos ante ustedes una historia de “Toldenses por el mundo” muy particular: Leonardo, un “holandés” que decidió volver a su tierra de origen en busca de mejor suerte cuando en la Argentina del 2000 todo parecía incendiarse. Desde entonces él, su esposa Dora y sus 4 hijos viven en los Países Bajos.
Aquí, su experiencia y sensaciones.
Aquí, su experiencia y sensaciones.
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La familia Doeswijk llega a Argentina en el año 1949 con sus 10 hijos. Luego de recorrer diversos puntos de esta zona, llegan definitivamente a Los Toldos, más puntualmente a la estancia La Ciudadela, en el año 1953. Leonardo es el séptimo hijo y fue él, junto a su hermano Dick, los primeros “holandeses” en llegar a Los Toldos. Vinieron juntos, de a caballo y en carro, a instalarse en el campo comprado recientemente en un remate por su padre.
Las localidades previas fueron Las Rosas (Santa Fe); Las Marianas y Almeyda (Pcia de Buenos Aires); hasta que Cornelis Andreas Doeswijk y su señora Cornelia Johanna Van Der Kleij, compran 116 hectáreas de la estancia La Ciudadela lo que los unirá hasta nuestros días al Monasterio Santa María de Los Toldos, que también se estaba forjando por esos años. Allí, comienzan a trabajar en el tambo (como siempre lo hicieron) y a elaborar los ya famosos quesos artesanales de “Los Holandeses”, que perviven hasta nuestros días, como la propia familia Doeswijk. Y vaya de que manera! Uno de los hijos de la familia, André, publicó recientemente una reseña histórica de la familia para el Periódico Impacto en donde detalla que en la actualidad existirían 186 descendientes directos de la familia en Los Toldos y otros sitios. De los cuales, cuatro hijos del padre Doeswijk (Leo, Peter, Ría y Cor), decidieron volver a su tierra en los Países Bajos. Motivos y épocas diferentes hicieron que estos Holandeses/Argentinos pasen sus días en la misma tierra de la que un día fueron obligados a irse en busca de mejor destino.
La sección “Toldenses por el mundo” no podía dejar de reflejar una de estas vivencias en este año tan particular para los Doeswijk y para Los Toldos como comunidad. ¿Y que mejor que hacerlo con un toldense que decidió emigrar a su propia Holanda? Este es el encuentro.
-¿Cómo es la ciudad donde vive?
La ciudad se encuentra contra la playa entre Amsterdam y La Haya. Es un ex puerto pesquero que ya no es más porque los barcos deben estacionar mar adentro. Ahora quieren hacerlo un puerto deportivo, pero aún se encuentra en los planes. Es una ciudad de 40.000 habitantes, pero recientemente se han sumado dos ciudades al municipio así que en total el partido engloba a 80.000 habitantes. Unir ciudades en un municipio es una tendencia reciente que se está llevando adelante para abaratar gastos administrativos, ya que con la incorporación tecnológica no se necesitan demasiados empleados. Lo mismo sucede con los bancos, las jubilaciones, etc. Todo es coordinado por el poder central y en cualquier sitio poseen tus datos.
La ciudad de Katwijk son aproximadamente 500 hectáreas de las cuales tres cuartas partes están techada. En Holanda predominan mucho los centros comerciales, no hay almacenes. A excepción de la peatonal que posee negocios.
-¿Por qué decide emigrar a Holanda?¿Conocía el país?¿Era algo deseado por su familia?
Yo estuve de vacaciones en el año 70’. Pero fui de visita sin idea de quedarme. Estuve un tiempo, trabaje para sostener mi estadía. Y luego volví, me hice de novio, me casé, y luego me separé del campo de mis padres y me fui a mi propia chacra. Mi padre falleció en el 70’ y mi madre en el 73’ hizo la sucesión y repartimos todo, entonces nos desparramamos. Me fui a trabajar al campo de La Delfina donde anduve con buena racha, mala racha, y tuve que abandonar dos veces por exceso de agua. Y en el 2000 andaba bastante mal, estaba levantándome mientras secaba un poco la laguna y cayó el golpe de los 300 mm. Que inundó todo. Tenía que mojarme hasta la cintura para trabajar, y se venía el invierno… y me dije, “No, acá hay que hacer otra cosa”.
Y salí a buscar trabajo, pero no es fácil. Mis hijos habían terminado la Escuela Técnica y estaban en 9 de Julio sentados esperando un llamado de esos que te prueban un mes y después dicen “cualquier cosa te llamo” y no llama nadie. Me fui a Tandil, tengo una hermana y un cuñado allí, y ellos me dijeron ¿Por qué no vas a ver al cónsul? ¿Les parece? Y fui. Y ella me dijo: “Ándate a Holanda!” Me insistió y me insistió… ¿Y que voy a hacer allá? “Anda”, me repetía.
Entonces lo propuse en casa, y los hijos me dijeron “Nosotros te acompañamos”. La cuestión es que la Cónsul me acercó todos los papeles a completar, lo mismo hice yo, y a los 15 días tenía los pasaportes en Los Toldos. Eso era en Mayo, y salimos en Agosto.
Fui con los dos varones, porque una hija estaba estudiando en Tandil y la otra en la secundaria. Mi señora tenía que esperar por la visa, un año. Y las chicas decidieron venirse también. Primero una luego la otra.
-¿Y cómo fue esa llegada?¿Con qué posibilidades se encontró en Holanda?¿Fue fácil conseguir trabajo, casa?
Cuando llegué pare en casa de mí hermana. Tenía tres hermanos allá. Apenas llegué a Holanda nos inscribimos en la Municipalidad, obtuvimos domicilio, sacamos cuenta en el Banco, sacamos seguro… porque todo es un círculo vicioso, hay que tener todos los papeles para andar. Luego de todo eso me inscribí en la oficina de trabajo. Y de ahí salió la posibilidad. Y los chicos no sabían ni fu ni fa de Holandés, entonces dijeron “Si no saben hay que ayudarlos” y les dieron una beca para aprender el idioma. Algo así como medio sueldo.
Y yo a los veinte días conseguí trabajo y a los tres meses estaba fijo. En una fábrica que armaba selección de pintura. Armado de chaperío y tornillito. Me preguntaron ¿Sabes algo? Y yo les dije que la bicicleta siempre me la arreglé yo. Y bueno, a probar me respondieron. Llegué justo en un momento en que se necesitaba de mano de obra. Hoy no es tan así. Nos aguantamos mutuamente hasta que me jubilé. Lo esencial es cumplir. No llegar tarde ni mamado. Yo en 7 años que trabajé llegué tarde dos veces por goma pinchada en la bicicleta.
El trabajo quedaba a 10 km de donde vivo y me movía siempre en bicicleta.
A un mes, mi cuñado me preguntaba sobre mi trabajo, y luego se enrolo él también. Así que viajábamos juntos.
Y a los 6 meses conseguí departamento en alquiler. Sale cada 15 días en el diario las casas municipales de todo tipo. Uno tiene que solicitarlas y según merito o sorteo van repartiéndolas. Por cada casa hay 150 o 200 solicitudes y a los 6 meses enganché. Hay que anotarse en tres casas, y me tocó en la tercera. Es un departamento en el piso 8 de dos dormitorios y un salón, y cocina y baño.
-¿Les costó adaptarse? ¿O más bien fue una experiencia agradable?
Si es para bien, uno se acostumbra más fácil. Es más fácil acostumbrarse a un departamento con agua caliente que a un rancho con piso de tierra. En los 7 años se cortó la luz una sola vez durante 10 minutos. Y nos dimos cuenta porque el despertador eléctrico quedo titilando.
Cuando me tocó esta casa conseguí muebles de tías, lavarropas en desuso (regalar nunca es caro) y conseguimos muchas cosas. Yo ahí conocí lo que hizo mi padre. Que fue peor por el idioma y la falta de otras oportunidades. Mis hijos que no sabían el idioma, por la noche hacían los deberes. Y me pedían ayuda sobre las palabras. Hoy escriben muy bien el holandés. Mi señora también lo estudió y yo también. Pero mis tiempos no me dieron, trabajaba mucho. Mirábamos la tv que viene casi todo en inglés y subtitulado al holandés, así que ahí practicábamos también. Mí señora a los 5 años obtuvo la ciudadanía, se la dio el intendente junto a una bandera de Holanda. Estamos bien.
-Holanda se caracteriza por ser un país que respeta las libertades individuales en el marco de la legalidad. De hecho, poseen regulaciones de avanzada. ¿Qué tan grande es el choque cultural con nuestro país para alguien que llega?
Es notable, pero como yo conocía no me chocó tanto.
Amsterdam por ejemplo, al ser puerto, posee una gran concentración de marineros que “vienen con hambre” como se dice. Y se decidió legalizar la prostitución para evitar excesos. O sea que las casas de prostitución poseen libretas sanitarias, pagan impuestos, hasta pagan con tarjetas de crédito! Yo no estoy de acuerdo, pero entiendo que es mejor que sea así. No es el sexo libre, sino que se regula. Hay mucha educación sexual, por ejemplo no se ve como aquí tanta pibita con hijos. El aborto también está permitido, depende los casos, claro. Pero existe una regulación muy seria al respecto. Si a la chica se le terminan las pastillas llaman del ministerio para que no se olvide a venir a buscarlas. El promedio de hijos primerizo es a los 29 años, eso da la pauta.
Todo está muy regulado a un punto extremo. Uno estudia, se recibe, trabaja, se casa y luego tiene a su primer hijo. Las relaciones son algo frías también. Tengo una vecina que cuida chicos. Los traen a las 7 de la mañana y los vienen a buscar a la tarde. Cuando llegan la abrazan a la gorda… y cuando se van lloran. Los padres están en la empresa. Hay de todo, claro, pero la carrera manda.
El clima ayuda mucho a esa distancia que existe en la sociedad. Las puertas están cerradas! Pero la gente también es muy localista, muy nacionalista. Acá no es así, porque somos todos extranjeros. Allá hay ciertas diferenciaciones con lo distinto. Mi señora iba a la escuela con una africana, con sus túnicas y todo, y la miraban raro. A nosotros no nos pasó, pero es así.
Hay otro modo de ver en el tránsito también. Hay un respeto total al peatón y a la bicicleta. Cien euros de multa duelen! También están luchando muchísimo por el cuidado ambiental. Se limpia mucho también. Incluso una pared escrita dura minutos.
-Cuéntenos sobre las producciones agropecuarias de Holanda.
Hace un tiempo habían hecho los “polders”, que era la intervención a una bahía grande donde venían los ríos. Cortaban las islas y canalizaban y querían producir agricultura, pero al final son usados para recreación. Como hay que darle tanto subsidio al chacarero, conviene comprar el cereal o la verdura afuera. Eso se hace. Se compra afuera. Es más barato.
La zona en que yo estoy predomina la floricultura. Pero se esta moviendo porque la tierra está agotada. La tierra esta saturada porque la flor deja enfermedades. Aunque lavan y purifican la tierra, la higienizan con unos sistemas impresionantes. He visto un campo de veinte hectáreas que fue arado y nivelado completo, luego fue inundado con agua y un remedio que colocaron para purificar la tierra, y dejaron que seque. Predomina el tulipán. Se exporta el bulbo, que es el sentido de la producción. Se trabaja sobre el bulbo. Y también hay unas cañerías que llevan la flor que cuando sale es cortada automáticamente para exportar también. Eso corre los 12 meses. También existen grandes espacios con almácigos. Un tío trabaja en un frigorífico que trabaja el bulbo en macetas, lo pasan de una temperatura a otra, hasta que lo debe llevar al mercado, y previendo la fecha sana la flor justo cuando está en su momento más hermoso. Y dura unos 15 días abierta sobre la ventana. Está todo regulado a través de la maquinaria, la temperatura, la luz, todo.
También hay campos de trigo, avena, centeno para cosecha. Papa, remolacha azucarera.
-¿Y que puede contarnos sobre la figura de Máxima, la princesa argentina?
Ella por protocolo no habla demasiado. Son prisioneros en jaula de oro. Todo lo que hace puede ser reproducido en todos los medios del mundo. Y ella se porta muy bien. Es muy simpática, al igual que su suegra la Reina Beatriz. La reina es muy sencilla, trata con la gente, anda de incógnito, yo la he cruzado andando a caballo por la playa. Me di cuenta porque detrás venían dos jinetes más, y más atrás unas camionetas. Máxima también, lleva a sus hijos a la escuela pública, participa en la reunión de padres. Muchos se quejan del costo de mantenimiento de la realeza. Hay de todo, como acá. Porque en definitiva, ¿cuánto nos sale acá mantener a los diputados, senadores y presidentes?
-¿Y que cosas extraña de Argentina, de Los Toldos, La Delfina?
Las localidades previas fueron Las Rosas (Santa Fe); Las Marianas y Almeyda (Pcia de Buenos Aires); hasta que Cornelis Andreas Doeswijk y su señora Cornelia Johanna Van Der Kleij, compran 116 hectáreas de la estancia La Ciudadela lo que los unirá hasta nuestros días al Monasterio Santa María de Los Toldos, que también se estaba forjando por esos años. Allí, comienzan a trabajar en el tambo (como siempre lo hicieron) y a elaborar los ya famosos quesos artesanales de “Los Holandeses”, que perviven hasta nuestros días, como la propia familia Doeswijk. Y vaya de que manera! Uno de los hijos de la familia, André, publicó recientemente una reseña histórica de la familia para el Periódico Impacto en donde detalla que en la actualidad existirían 186 descendientes directos de la familia en Los Toldos y otros sitios. De los cuales, cuatro hijos del padre Doeswijk (Leo, Peter, Ría y Cor), decidieron volver a su tierra en los Países Bajos. Motivos y épocas diferentes hicieron que estos Holandeses/Argentinos pasen sus días en la misma tierra de la que un día fueron obligados a irse en busca de mejor destino.
La sección “Toldenses por el mundo” no podía dejar de reflejar una de estas vivencias en este año tan particular para los Doeswijk y para Los Toldos como comunidad. ¿Y que mejor que hacerlo con un toldense que decidió emigrar a su propia Holanda? Este es el encuentro.
-¿Cómo es la ciudad donde vive?
La ciudad se encuentra contra la playa entre Amsterdam y La Haya. Es un ex puerto pesquero que ya no es más porque los barcos deben estacionar mar adentro. Ahora quieren hacerlo un puerto deportivo, pero aún se encuentra en los planes. Es una ciudad de 40.000 habitantes, pero recientemente se han sumado dos ciudades al municipio así que en total el partido engloba a 80.000 habitantes. Unir ciudades en un municipio es una tendencia reciente que se está llevando adelante para abaratar gastos administrativos, ya que con la incorporación tecnológica no se necesitan demasiados empleados. Lo mismo sucede con los bancos, las jubilaciones, etc. Todo es coordinado por el poder central y en cualquier sitio poseen tus datos.
La ciudad de Katwijk son aproximadamente 500 hectáreas de las cuales tres cuartas partes están techada. En Holanda predominan mucho los centros comerciales, no hay almacenes. A excepción de la peatonal que posee negocios.
-¿Por qué decide emigrar a Holanda?¿Conocía el país?¿Era algo deseado por su familia?
Yo estuve de vacaciones en el año 70’. Pero fui de visita sin idea de quedarme. Estuve un tiempo, trabaje para sostener mi estadía. Y luego volví, me hice de novio, me casé, y luego me separé del campo de mis padres y me fui a mi propia chacra. Mi padre falleció en el 70’ y mi madre en el 73’ hizo la sucesión y repartimos todo, entonces nos desparramamos. Me fui a trabajar al campo de La Delfina donde anduve con buena racha, mala racha, y tuve que abandonar dos veces por exceso de agua. Y en el 2000 andaba bastante mal, estaba levantándome mientras secaba un poco la laguna y cayó el golpe de los 300 mm. Que inundó todo. Tenía que mojarme hasta la cintura para trabajar, y se venía el invierno… y me dije, “No, acá hay que hacer otra cosa”.
Y salí a buscar trabajo, pero no es fácil. Mis hijos habían terminado la Escuela Técnica y estaban en 9 de Julio sentados esperando un llamado de esos que te prueban un mes y después dicen “cualquier cosa te llamo” y no llama nadie. Me fui a Tandil, tengo una hermana y un cuñado allí, y ellos me dijeron ¿Por qué no vas a ver al cónsul? ¿Les parece? Y fui. Y ella me dijo: “Ándate a Holanda!” Me insistió y me insistió… ¿Y que voy a hacer allá? “Anda”, me repetía.
Entonces lo propuse en casa, y los hijos me dijeron “Nosotros te acompañamos”. La cuestión es que la Cónsul me acercó todos los papeles a completar, lo mismo hice yo, y a los 15 días tenía los pasaportes en Los Toldos. Eso era en Mayo, y salimos en Agosto.
Fui con los dos varones, porque una hija estaba estudiando en Tandil y la otra en la secundaria. Mi señora tenía que esperar por la visa, un año. Y las chicas decidieron venirse también. Primero una luego la otra.
-¿Y cómo fue esa llegada?¿Con qué posibilidades se encontró en Holanda?¿Fue fácil conseguir trabajo, casa?
Cuando llegué pare en casa de mí hermana. Tenía tres hermanos allá. Apenas llegué a Holanda nos inscribimos en la Municipalidad, obtuvimos domicilio, sacamos cuenta en el Banco, sacamos seguro… porque todo es un círculo vicioso, hay que tener todos los papeles para andar. Luego de todo eso me inscribí en la oficina de trabajo. Y de ahí salió la posibilidad. Y los chicos no sabían ni fu ni fa de Holandés, entonces dijeron “Si no saben hay que ayudarlos” y les dieron una beca para aprender el idioma. Algo así como medio sueldo.
Y yo a los veinte días conseguí trabajo y a los tres meses estaba fijo. En una fábrica que armaba selección de pintura. Armado de chaperío y tornillito. Me preguntaron ¿Sabes algo? Y yo les dije que la bicicleta siempre me la arreglé yo. Y bueno, a probar me respondieron. Llegué justo en un momento en que se necesitaba de mano de obra. Hoy no es tan así. Nos aguantamos mutuamente hasta que me jubilé. Lo esencial es cumplir. No llegar tarde ni mamado. Yo en 7 años que trabajé llegué tarde dos veces por goma pinchada en la bicicleta.
El trabajo quedaba a 10 km de donde vivo y me movía siempre en bicicleta.
A un mes, mi cuñado me preguntaba sobre mi trabajo, y luego se enrolo él también. Así que viajábamos juntos.
Y a los 6 meses conseguí departamento en alquiler. Sale cada 15 días en el diario las casas municipales de todo tipo. Uno tiene que solicitarlas y según merito o sorteo van repartiéndolas. Por cada casa hay 150 o 200 solicitudes y a los 6 meses enganché. Hay que anotarse en tres casas, y me tocó en la tercera. Es un departamento en el piso 8 de dos dormitorios y un salón, y cocina y baño.
-¿Les costó adaptarse? ¿O más bien fue una experiencia agradable?
Si es para bien, uno se acostumbra más fácil. Es más fácil acostumbrarse a un departamento con agua caliente que a un rancho con piso de tierra. En los 7 años se cortó la luz una sola vez durante 10 minutos. Y nos dimos cuenta porque el despertador eléctrico quedo titilando.
Cuando me tocó esta casa conseguí muebles de tías, lavarropas en desuso (regalar nunca es caro) y conseguimos muchas cosas. Yo ahí conocí lo que hizo mi padre. Que fue peor por el idioma y la falta de otras oportunidades. Mis hijos que no sabían el idioma, por la noche hacían los deberes. Y me pedían ayuda sobre las palabras. Hoy escriben muy bien el holandés. Mi señora también lo estudió y yo también. Pero mis tiempos no me dieron, trabajaba mucho. Mirábamos la tv que viene casi todo en inglés y subtitulado al holandés, así que ahí practicábamos también. Mí señora a los 5 años obtuvo la ciudadanía, se la dio el intendente junto a una bandera de Holanda. Estamos bien.
-Holanda se caracteriza por ser un país que respeta las libertades individuales en el marco de la legalidad. De hecho, poseen regulaciones de avanzada. ¿Qué tan grande es el choque cultural con nuestro país para alguien que llega?
Es notable, pero como yo conocía no me chocó tanto.
Amsterdam por ejemplo, al ser puerto, posee una gran concentración de marineros que “vienen con hambre” como se dice. Y se decidió legalizar la prostitución para evitar excesos. O sea que las casas de prostitución poseen libretas sanitarias, pagan impuestos, hasta pagan con tarjetas de crédito! Yo no estoy de acuerdo, pero entiendo que es mejor que sea así. No es el sexo libre, sino que se regula. Hay mucha educación sexual, por ejemplo no se ve como aquí tanta pibita con hijos. El aborto también está permitido, depende los casos, claro. Pero existe una regulación muy seria al respecto. Si a la chica se le terminan las pastillas llaman del ministerio para que no se olvide a venir a buscarlas. El promedio de hijos primerizo es a los 29 años, eso da la pauta.
Todo está muy regulado a un punto extremo. Uno estudia, se recibe, trabaja, se casa y luego tiene a su primer hijo. Las relaciones son algo frías también. Tengo una vecina que cuida chicos. Los traen a las 7 de la mañana y los vienen a buscar a la tarde. Cuando llegan la abrazan a la gorda… y cuando se van lloran. Los padres están en la empresa. Hay de todo, claro, pero la carrera manda.
El clima ayuda mucho a esa distancia que existe en la sociedad. Las puertas están cerradas! Pero la gente también es muy localista, muy nacionalista. Acá no es así, porque somos todos extranjeros. Allá hay ciertas diferenciaciones con lo distinto. Mi señora iba a la escuela con una africana, con sus túnicas y todo, y la miraban raro. A nosotros no nos pasó, pero es así.
Hay otro modo de ver en el tránsito también. Hay un respeto total al peatón y a la bicicleta. Cien euros de multa duelen! También están luchando muchísimo por el cuidado ambiental. Se limpia mucho también. Incluso una pared escrita dura minutos.
-Cuéntenos sobre las producciones agropecuarias de Holanda.
Hace un tiempo habían hecho los “polders”, que era la intervención a una bahía grande donde venían los ríos. Cortaban las islas y canalizaban y querían producir agricultura, pero al final son usados para recreación. Como hay que darle tanto subsidio al chacarero, conviene comprar el cereal o la verdura afuera. Eso se hace. Se compra afuera. Es más barato.
La zona en que yo estoy predomina la floricultura. Pero se esta moviendo porque la tierra está agotada. La tierra esta saturada porque la flor deja enfermedades. Aunque lavan y purifican la tierra, la higienizan con unos sistemas impresionantes. He visto un campo de veinte hectáreas que fue arado y nivelado completo, luego fue inundado con agua y un remedio que colocaron para purificar la tierra, y dejaron que seque. Predomina el tulipán. Se exporta el bulbo, que es el sentido de la producción. Se trabaja sobre el bulbo. Y también hay unas cañerías que llevan la flor que cuando sale es cortada automáticamente para exportar también. Eso corre los 12 meses. También existen grandes espacios con almácigos. Un tío trabaja en un frigorífico que trabaja el bulbo en macetas, lo pasan de una temperatura a otra, hasta que lo debe llevar al mercado, y previendo la fecha sana la flor justo cuando está en su momento más hermoso. Y dura unos 15 días abierta sobre la ventana. Está todo regulado a través de la maquinaria, la temperatura, la luz, todo.
También hay campos de trigo, avena, centeno para cosecha. Papa, remolacha azucarera.
-¿Y que puede contarnos sobre la figura de Máxima, la princesa argentina?
Ella por protocolo no habla demasiado. Son prisioneros en jaula de oro. Todo lo que hace puede ser reproducido en todos los medios del mundo. Y ella se porta muy bien. Es muy simpática, al igual que su suegra la Reina Beatriz. La reina es muy sencilla, trata con la gente, anda de incógnito, yo la he cruzado andando a caballo por la playa. Me di cuenta porque detrás venían dos jinetes más, y más atrás unas camionetas. Máxima también, lleva a sus hijos a la escuela pública, participa en la reunión de padres. Muchos se quejan del costo de mantenimiento de la realeza. Hay de todo, como acá. Porque en definitiva, ¿cuánto nos sale acá mantener a los diputados, senadores y presidentes?
-¿Y que cosas extraña de Argentina, de Los Toldos, La Delfina?
Yo me crie acá, tengo mis amigos, y conocidos. Se extraña a la gente. Y el clima también. Esas dos cosas: El clima y la gente. El holandés es más bien parco. “Nadie invita a morfar”. Tenés que aceptar con tres meses de antelación las invitaciones. Los cumpleaños son de 2 a 4, no más. Un día en una fiesta había veinticuatro invitados, ni uno más. Acá se van anexando las sillas, sentate, sentate...
Son costumbres. Una compañera de mi señora se quedó en casa, se les hizo tarde y le dije si quería quedarse a comer, tiraba una taza más de arroz y listo, y ella pensaba que la estaba cargando…
-Bueno, y ahora que esta jubilado, ¿en que ocupa su tiempo?
Bueno, leo mucho, escucho música, salgo a recorrer. También tengo una quinta a 8 km de casa a donde sembré zapallito que allá nadie conocía; tengo mis choclos, que allá es para los cerdos, pero que a mi me encanta! Miro la televisión, salgo a visitar algún pariente. Salgo a caminar. Y ahora viví tres meses acá de vacaciones; tuvimos el encuentro de la familia que por cierto, estuvo muy lindo.
-Gracias por permitirnos el encuentro.
Son costumbres. Una compañera de mi señora se quedó en casa, se les hizo tarde y le dije si quería quedarse a comer, tiraba una taza más de arroz y listo, y ella pensaba que la estaba cargando…
-Bueno, y ahora que esta jubilado, ¿en que ocupa su tiempo?
Bueno, leo mucho, escucho música, salgo a recorrer. También tengo una quinta a 8 km de casa a donde sembré zapallito que allá nadie conocía; tengo mis choclos, que allá es para los cerdos, pero que a mi me encanta! Miro la televisión, salgo a visitar algún pariente. Salgo a caminar. Y ahora viví tres meses acá de vacaciones; tuvimos el encuentro de la familia que por cierto, estuvo muy lindo.
-Gracias por permitirnos el encuentro.
Mi tìo Leo, verlo tan bien y rejuvenecido me emociona, ya casi diez años que se fue y en las peores condiciones, para el que no lo conociò viviendo acà, seguro està sacando conclusiones apuradas como suele ser en este blog, pero la realidad fue mucho mas dura de lo que la cuenta.
ResponderEliminarTodo mi cariño para Dora, Lorena, Ale, Gusti, Gabi y a vos querido Leo, al fin la vida te premiò por tantos esfuerzos.
Jaja! el tio Leooooo
ResponderEliminarEs re famoso Leo che
Igual, no coincido en algunas cosas con uno de mis primos que escribió arriba... Pero bueno, lectores de LMM no tienen porqué bancarse las diferencias familiares en este espacio... lo haré en privado (cuando averigüe cuál de mis 60 y pico de primos escribió ahi...)
Hermosa nota!! siempre quise hacerle una entrevista así pero quizá como yo lo conozco tanto es difícil porque creería que cada cosa que le preguntara sería como obvia.
Lo cierto es que se trata de una historia de vida para intentar, al menos de mi parte, imitar. Alex el mayor tiene mi edad, hizo jardín y pimaria conmigo, siempre juntos. Con Gusti, Lore y Gaby también y Dora ¡Es mi madrina!... yo me imagino que si tuviese que irme de acá por algún motivo sería re duro adaptarme y ellos están re felices.
Igual se que ellos siempre están mirando para estos lados (prefieren la Quilmes a la Heineken) Quizá algún dia vuelvan, para hacer de nuevo esos campamentos en el campo o para jugar a los penales toda la tarde los domingos en lo de Annie ¿Te acordas Alex?
Gracias LMM, me hicieron lagrimear, que boludo estoy!
Leo ¡que bueno verte!! tantos años!!!! vecino de La Delfina...
ResponderEliminarte acordas cruzabamos el charco para visitarnos jaja!!
me enseñaron palabras en holandes!!!
VISTE TENES QUE IRTE PARA QUE TE HAGAN NOTAS JAJA!!!
mucha suerte!!! igual ahora nos comunicamos por internet BESOS PARA TODOS DE TODOS.MILVA
HE LEIDO TUS NOTAS POR INTERNET ME PARECIO MUY INTERESANTE QUISIERA TENER CONTACTO Y PODER ESCRIBIRNOS VIVO EN MAR DEL PLATA Y MI MAIL ES rinamathies@hotmail.com..CARIÑOS PARA TODOS USTEDES
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