Proyecto de lectura en escuelas rurales: la educación en el alma

La Educación Rural pervive en tiempos de urbanización, cubriendo una demanda cada vez más acotada pero no menos necesitada. Creatividad, imaginación, recursos y por sobre todas las cosas muchas ganas y fuerza espiritual son necesarios para llevar adelante proyectos que mantengan viva la esencia y el destino de esta “VOCACION PURA”.

Una mañana de abril, soleada y fresca, emprendimos la marcha rumbo a La Delfina. Mucha tierra, mucho polvo, muchos pozos. En minutos estábamos frente a la Escuela Nº 23, que nos recibía con cintas multicolores en los alambrados, padres tomando mate en la entrada y serenas maestras dando indicaciones a los pequeños alumnitos que en calma esperaban el momento de participar del “escenario”, ajenos al inmenso patio al que ya están más que acostumbrados.

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El motivo del encuentro era compartir las experiencias que cada escuela había vivenciado en el marco de un nuevo proyecto pedagógico, un nuevo empuje para la educación rural. Se trata de un proyecto interinstitucional de Lectura en el que participan todas las escuelas rurales del distrito. A través de él, los alumnitos leen, imaginan, hacen canción ese cuento o lo hacen obra de teatro o de títeres… Y hasta investigan científicamente la estructura de los cítricos a través de cuentos como “Mi planta naranja lima”! Lo viven, lo aprenden y lo disfrutan. Y no termina ahí, porque luego de todo el proceso en el querido salón soleado, viajan a otras escuelas del campo y allí se lo cuentan a los demás alumnitos rurales, lo integran. Y no solo al cuento, la obra o la canción realizada integran, sino que se entregan ellos mismos al intercambio. Y vaya importancia genera el proyecto!

En algunos casos son dos alumnitos por establecimiento, son quince en la que más matricula posee. Y para estos niños, y sus maestras, se hace difícil poder compartir cosas, están lejos…

Y entonces surgen estas ideas maravillosas que se empujan solo con ganas. Si bien este año trabajan con la lectura (en un proyecto que incluyó también a maestras bibliotecarias que aportaron el acceso a la bibliografía) el año pasado también trabajaron con la idea a través del envío de relatos y cartas entre las escuelas en otra experiencia maravillosa.

La situación de las escuelas rurales no es fácil. El clima, las distancias (hay una escuela a 40 km de Los Toldos), y la soledad. Haciendo una repasada muy superficial nos contaron que a nivel pedagógico el trabajo es excelente, el nivel de ausentismo es el menor y cuentan con el apoyo de toda la comunidad, campos de cada zona, padres, y vecinos. También nos contaron que hay una escuela rural que no posee luz, la 18, que tiene energía solar (dependiendo de la batería). Y hay 2 escuelas en la que están pendientes el tema calefacción, están esperando la instalación de los zepellin.

Es un trabajo muy silencioso el que hacen las docentes rurales. Es vocación pura. Y en proyectos como éste van sumando porotos al juego de la vida. Fortaleciéndose con el aporte de unas a otras. En tanto los chicos se mezclan, se divierten, se mueven deseosos de ese escenario que los espera para mostrarles a “los otros chicos” lo que leyeron, lo que hicieron, lo que los llevó hasta allí, en esta mañana de sol, cintas multicolores, amigos nuevos y lecturas fantásticas.