Seguí leyendo...
Cuando nuestros funcionarios municipales participaron del lanzamiento del Plan Federal de Viviendas que los llevó hasta el salón de la Casa Rosada donde fueron recibidos por el ex presidente Néstor Kirchner, el ministro Julio De Vido, y otros, nunca imaginaron las molestias que les estaría ocasionando unos años después.
A partir de las gestiones del equipo de gobierno del Intendente Bartoletti y la buena predisposición de altos funcionarios en la repartija nacional, General Viamonte es beneficiado con la construcción de 285 de las cuales 226 se construyeron en el llamado “Barrio de la Pueyrredón” realizadas con fondos del gobierno nacional y 59 en la parte posterior del barrio FONAVI con fondos provinciales. Ambas han tenido distinta suerte. Si bien aquí hablaremos de las casas de la Pueyrredón, menor suerte han corrido las del FONAVI. Si bien ya existen 14 hogares terminados allí, (que serán entregadas en los próximos días) las 45 restantes tendrán que esperar a que el Gobierno de la Provincia pague lo correspondiente a la Empresa Wayro Ingeniería, quien detuvo sus actividades hasta que esto suceda. Y como la provincia se encuentra enserio estado económico, los adjudicatarios de éstas tendrán que esperar a que “llueva café en el campo”.
Quienes no esperaron fueron las personas adjudicatarias de las viviendas ubicadas en la calle Pueyrredón. De apoco, llave en mano, y pese a la orden municipal de no hacerlo, fueron ingresando a sus viviendas sin tener las condiciones mínimas de habitabilidad con serios riesgos ambientales y conflicto en puerta. Esta es una historia que incluye responsabilidades compartidas y de la que esperamos un buen final.
Las casas como bastión político electoral: El triunfo de JCB / las cartas
Las casas de la Pueyrredón rápidamente se convirtieron en un bastión electoral para las autoridades locales. Si bien durante Octubre las mismas estaban en la última etapa de construcción, las casas ya eran un deseo a voces para quienes tenían asegurado su adjudicación. Según nos informó una persona que no quiere dar su nombre, prácticamente la totalidad de las personas adjudicadas recibieron antes de las elecciones “un simple papel enviado por el intendente Bartoletti” en donde les pedía el acompañamiento con el voto para “seguir construyendo”. Muchos lo tomaron como una insinuación política y a otros ni les molestó. Lo cierto es que la carta circuló y era enviada desde la misma municipalidad.
Bartoletti ganó las elecciones. Tal fue el factor de las viviendas que si se realizaba una encuesta sobre qué es lo que definía el voto a Bartoletti, muchos se hubieran sorprendido de la importancia que generaron estas construcciones realizadas por el Gobierno Nacional. El autor de esta nota hizo un relevamiento precario en aquel entonces, y prácticamente el 70% de los votos fueron por “las casas”. Asombroso.
La gente veía como las viviendas eran finalizadas, sin embargo, desde la municipalidad no les daban el ok para poder ingresar a habitarlas. Cada vez con mayor ímpetu la gente se acercaba a la municipalidad en busca de respuestas. Muchos incluso comenzaron a enojarse (y mucho) porque decían haber sido engañados por el intendente al pedirles el voto y ahora no entregarles la llave. ¿Qué pasa? ¿Por qué nos hacen esperar si las casas ya están terminadas? Yo lo voté…
Las llaves y la urgencia
Bartoletti viaja a los Estados Unidos de vacaciones y la presión de las familias adjudicatarias es cada vez mayor, llegando a pasar malos momentos en la oficina de viviendas con la gente que no entra en razones. La respuesta municipal es simple: Aún no pueden habitarse porque faltan las conexiones necesarias para su habitabilidad: Cloacas, luz eléctrica, agua… Pero la gente dice no poder esperar. “Estoy pagando un alquiler de $400” “me preguntan hasta cuando me tiene que prestar la casa donde estoy viviendo” “No nos creen que estamos adjudicados a las casas”. Conversaciones internas, y un llamado telefónico al intendente determinó que se les entreguen las llaves para que se tranquilicen un poco. Tendrán las llaves para tener el hogar “en custodia”. Podrán cortar el pasto, pintar, ornamentar y cuidar sus hogares. Pero se les indicó claramente que “no podrán habitarlas en tanto no estén las condiciones dadas”. Fue el 9 de enero de 2008.
La encrucijada municipal y la imposibilidad
La gente recibió las llaves de buen agrado. Tal cual estaba previsto, las aguas se calmaron. Pero no por mucho tiempo. El acceso a los hogares generó mayores deseos por “irnos a vivir” allí. Y las preguntas volvieron a los cansados oídos de los funcionarios municipales. “Y ahora, ¿Para cuándo?”
Con ánimo de resolver la situación el flamante secretario municipal se puso manos a la obra para dar por concluido el tema, pero pronto se dio cuenta que no le sería fácil. Ya no estaba en manos de la municipalidad, sino de la empresa constructora. Tanto el cerco perimetral, como la instalación de la energía eléctrica interna como las conexiones de las cloacas, estaban generando un importante atraso.
A esto se sumó inconvenientes en los trabajos de conexión de cloacas a los caños maestros, en la intersección entre las calles Irigoyen y Liniers, donde se rompieron estructuras internas y más atrasó las fechas.
Todavía faltan algunos puntos básicos para la habitabilidad: la conexión de agua corriente y cloacas y la conexión eléctrica encargada a la empresa constructora.
El atraso actúa con un halo de impunidad por la empresa Wayro y a la vez ata a la municipalidad en las decisiones y presiones. ¿Por qué? Porque la empresa posee más llegada al kirchnerismo que los propios funcionarios municipales. En el año 2006 Carlos Raymundi presenta una grave denuncia penal contra el Frente para la Victoria por “presunta violación a las Ley de Financiamiento de Partidos Políticos” 25.600 cuyo artículo 34 inciso c que establece la prohibición de recibir “contribuciones o donaciones de empresas concesionarias de servicios u obras públicas de la nación, las provincias, los municipios o la Ciudad de Buenos Aires”. Según la denuncia, la candidatura a senadora de Cristina Fernández de Kirchner del año 2005 tuvo grandes aportes de diferentes empresas ligadas a prestaciones al estado, pese a la prohibición de la nombrada ley. Entre estas empresas, se encuentra Wayro, la responsable de las construcciones en Los Toldos (también edifica en Hurlingahm, Mercedes y Azul).
La gente se muda, se expresa y los funcionarios se molestan
La gente, llave en mano y luego de tanto ir a acomodar sus nuevos hogares, decide mudarse. Extensiones de luz, realización de pozos para extraer agua y la llamativa autorización informal del municipio de perforar pozos ciegos, permiten a la gente contar con lo mínimo para habitar.
Y empiezan las molestias. Roturas en los pisos (mal hechos); piletas tapadas de escombros, inodoros despegados, sin canillas, perdida de agua, y otras cuestiones que hacen a la todavía precariedad de los hogares. Como dicen en el municipio, “todavía no era tiempo de habitarlas”. Pero también existe otra verdad, que las casas están mal hechas.
Aquí vale un comentario, grave. La gente está haciendo sus necesidades sin la más mínima precaución ambiental. Sin la conexión de las cloacas, la materia queda en cañerías o en los pozos ciegos. Esto, tarde o temprano generará un conflicto sanitario que traerá aun más dolores de cabeza. Y vale la aclaración que la responsabilidad es de los funcionarios de Salud y Medio Ambiente.
La cuestión es que la gente, en su apuro encuentra su decepción, y decide hacerlo público. Envían una carta al intendente Municipal en donde dicen (aquí un extracto):
“Nos dirigimos a usted con el motivo de hacerle saber que somos familias del Plan 286 viviendas, que por razones personales debimos ocupar antes de tiempo de entrega.(…) Un tiempo que se hizo eterno, siempre tuvimos que esperar por alguna razón, y los meses pasaron y nadie nos daba una explicación precisa. (…) Hay muchas familias que pueden esperar, pero hay otras tantas (como nosotros) que no podían esperar más. Estamos sin luz y sin agua ¡¡Que vergüenza!! (…) Usted podría ponerse un poquito como padre en nuestros lugares y cuando nuestros hijos en estos días de calor inaguantable piden agua y a veces se vacían los bidones y no tenemos agua. (…) Nos visitan en la semana gente de la municipalidad y nos dicen que hasta dentro de unos meses no habrá novedades. ¡¡Que decepción señor intendente!! (…) Creer que en aquellas cartas que nos mandaron cuando era tiempo de votar nos proponían otras cosas, otras mejoras, pero no decían que nos iban a dejar sin luz y sin agua. (…) Esperamos una urgente respuesta de su parte, estamos realmente decepcionados, solamente usted puede solucionar todos los inconvenientes, porque no hay peor cosa que llega la noche y tenemos la luz de una vela, cuanta impotencia generan estas cosas”.
Esta carta, firmada por cincuenta personas y que fue difundida por algunos medios de comunicación locales y callada por otros, generó mucha molestia en los funcionarios municipales. Tanto, que según nos cuentan sus autores, ahora se sienten “marcados” y “no saludados”.
A las flamantes autoridades de la oficina de viviendas el tema ya se les fue de las manos. Están cansados de recibir a la gente y no poder darles (aunque quieran) soluciones rápidas.
La historia de “las casas de la Pueyrredón” es una gran molestia para las partes involucradas. Lo acontecido es una consecuencia de la falta de palabra municipal y del atropello de la gente, un boomerang electoral que les vuelve opositor. Porque en rigor de verdad, a la gente se le prometió un tiempo que no se logró cumplir. Y ante la necesidad, la gente se volcó a habitarlas “como sea”.
Ojalá, todo termine bien y en esta sociedad dispar el árbol dé frutos a todos por igual.
24/4/08
Las casas de la Pueyrredón: El tiro por la culata
Lo que se preveía como un factor político decisivo para el Frente para la Victoria local se convirtió en un serio problema. Si bien “las casas de la Pueyrredón” aportaron muchos votos para el triunfo de Bartoletti, hoy la falta de respuestas municipal y la mudanza de la gente pese a las precarias condiciones y la orden de “no hacerlo”, han generado un malestar profundo en las partes involucradas. Aquí, la historia de un dolor de cabeza no previsto.
Por Antonio Andrés Adamini
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Hombre, que alguien tenía que decirlo
ResponderEliminarEstá claro que hubo una promesa electoral que no se cumplió. A veces creemos que esas cosas pasa en el Gran Buenos Aires y no. Bienvenidos a la realidad, lo que ves es lo que hay.
Por otro lado acá hay un nombre claro: Empresa Wayro Ingeniería. A ver si nos acordamos de este nombre parea la próxima licitación.
Ay caramba cuantas cosas que no se saben!!.. o que no se... se ve que en la localidad practican la solucion de problemas a corto plazo tambien, total despues vemos no? lo atamo con alambre lo atamo!
ResponderEliminar