6/1/08

Jardín 904: un premio al corazón

El Jardín de Infantes Nº 904 fue premiado con el “1º Premio Presidencial Escuelas Solidarias 2007” luego de que proyectaran y realizarán la Placita “La Colorada” de la tribu. Un logro de docentes, alumnitos, vecinos y padres que llegó hasta las más altas autoridades nacionales en una experiencia maravillosa que merece destacarse. Estuvimos con su directora Nora Tolosa, y aquí les devolvemos nuestro pequeño homenaje.


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El Jardín de Infantes Nº 904 “Rvdo. Padre Pablo Emilio Savino” había logrado ya un premio por Aprendizaje y Servicio por el Proyecto “Por una buena siembra y mejor cosecha”. Obtuvieron entonces $1000. En ese entonces, ellos vieron como otros proyectos de todo el país, desde los jardines hasta las universidades, solucionaban problemas de la comunidad.
Surge de Nora Tolosa y Maria del Carmen Abarrategui la idea de generar un espacio público para la tribu. Un espacio que además de elevar la autoestima y fomentar encuentros, sea fuente de saber para los pequeños que asisten a las aulas rurales. Pese a las calamidades del tiempo, y a la utópica ilusión, se pusieron manos a la obra. Y lo lograron y muchos se sumaron y por el esfuerzo constante, fueron premiados.

LOS INICIOS
“La placita ya había sido un sueño de los vecinos, -nos cuenta Nora- pero las inundaciones del 2001 lo arruinaron todo. (…) Nosotros veníamos de un premio del año 2003 (…) Y el Jardín es un referente, es un espacio de reunión, de actividades, y la gente espera…. Ellos nos dicen “y ahora, que hacemos?” están esperando que hagamos algo”.
Y surgió esta idea. La de una plaza en el medio del campo. “En el 2004 empezamos a hacer un paseo por el barrio observando el entorno, que estaba totalmente deslucido por las inundaciones. Había pajonales, canales, montículos de tierra, y siempre estaba el peligro por los nenes. Y nos recluíamos y perdíamos la posibilidad de disfrutar y descubrir cosas de nuestro entorno por que era peligroso. Y entonces lo que hicimos fue el diagnóstico. Siempre con los chicos participando, sino no tendría sentido. Y los vecinos también”.

El panorama era desalentador para quienes no poseen fuerza de espíritu. Deslucido. Inaccesible. Ajeno. Pero bastó un rumor para que los pequeños empezaran a expandir la noticia de que allí, se iba a formar una plaza. Enseguida la ilusión se traslado a los padres y a aquellos vecinos que alguna vez también lo habían pensado. Estuvieron los desinteresados de siempre, claro. Pero más pudo el amor.

“Llamamos a Inés Sotto, ella vino con la cinta métrica, y aprovechamos para trabajar formas. Los chicos median, fue lindo. Después vino la municipalidad a desmalezar. Y después el papá de un nene vino con el tractor a pasar el disco”. El principio estaba en marcha. “Después hacemos las relaciones institucionales. Con algo de dinero le compramos plantas al vivero de la escuela especial, y ellos nos regalaron otros. Luego vinieron a visitarnos, y nos traen otros árboles, nosotros llevamos el humus (que logran los chicos en el Jardín), e hicimos un intercambio hermoso. Fuimos todos juntos. Después con los chicos de CEPT Nº 21, ya que ese proyecto había surgido acá y siempre estuvieron con nosotros. A través de la dirección de forestación nos consiguen fresnos, y de la misma manera trabajamos juntos”.

EL PROCESO EDUCATIVO
Ya con la idea en marcha, el Jardín promovió una excelente educación ambiental para que el proceso de la Plaza se oriente desde el vamos en un camino educativo.
“Con los chicos salimos a observar los árboles. Ellos tenían que traer que árboles tenían en su casa o en lo del vecino, para que los conozcan… (2004). En julio de 2005 la arquitecta nos hizo el diseño. Y en un 17 de agosto empezamos a forestar, con una fuerte participación de la familia. (…) Pero teníamos que regar y no teníamos agua, entonces también aprovechas el problema para el aprendizaje, planteándoles a ellos. El “gallego” puso un tambor para sacar agua del canal. O compramos metros y metros de manguera que llevábamos del Jardín. Y tiempo después la municipalidad nos dio la bomba. Y luego Costanzo los ladrillos, y pasaron cosas como que el viernes perforamos y cuando volvimos un lunes, la pileta ya estaba construida, por los vecinos”.

“Enseguida que forestamos empezó el problema de los animales, entonces compramos postes, el cartel, y la pintura, con los mil pesos que habíamos ganado. Los padres venían en moto, con las herramientas atadas. Era de no creer. Y lo protegimos del canal. Nunca me imagine que nos iba a quedar así, con tanto esmero”.

“Cuando inauguramos en el 2005. Hicimos el concurso de “un nombre para mí plaza”, se expusieron los nombres, y ganó “La Colorada” por el paraje. Los carteles los hizo Mercedes Soria, ex alumna que está estudiando Artes Visuales en Junín. Durante el 2006 empezamos a hacer los actos patrios, y a poner los nombres de las plantas. Arrancamos de a poquito. En abril plantamos el Pehuén, pusimos el cartel e investigamos todo lo del pehuén, ellos saben todo, sobre el fruto, la leyenda, el árbol sagrado mapuche. Trabajamos con las letras del Cartel para aprender el nombre, asocian las letras, y al final un nene es el dueño del Pehuén. Y no por belleza, hay chicos que eligieron árboles que eran un palo… Así con cada árbol. Para el 25 de mayo hicimos el acto ahí, y todos andaban con el ceibo. Conocen y distinguen las especies. A mí me superaron las expectativas. Ellos se preocupan por el humus, llevarle, cuidan cada árbol, es genial...”

LA PLAZA: FUENTE DE APRENDIZAJE
La plaza en verano tiene mucho color, bellísimos colores y hojas; en invierno en cambio, los colores de la plaza son blancos, amarillos, secos, y no hay hojas. Las docentes usan este ciclo natural para enseñar a vivir el mundo a los pequeños, y para que amolden su visión y las transformaciones que el mundo hace sobre nosotros.
Pero el aprendizaje a través de la plaza no se limita a eso. Hay mucho más.
El aprendizaje es interdisciplinario y provoca una marca profunda en los educandos. Un saber es el Cuidado ambiental (es la temática principal); otro es el de Naturales, ya que trabajan con las especies de árboles, tienen lombrices a las cuales de les dan de comer todos los días, y recorren el proceso hasta llegar a hacer el humus. La plaza también aporta saberes de ciencias Sociales, ya que relacionan todo, la historia de los mapuche, la historia de la colorada, la historia familiar; también trabajan en Plástica, porque hacen las producciones desde su árbol. También trabajan con la Música pues han hecho la canción a la “La colorada” como al Pehuén.
“Los chicos les cuentan sobre la plaza a los que vienen a visitarnos. En la comunicación aprenden también, luego de vivenciarlo lo comunican, y es un mejor aprendizaje”.
Y por sobre todo, intrínsicamente, la plaza les aporta material para educar en Valores. Los valores están implícitos. Ya que el proyecto surge ante una necesidad real, generar un espacio nuevo para la comunidad, y transformarlo con el diagnostico, la planificación, y la concreción. Cuidar, querer, valorar, amar son factores que recorren el aprendizaje de los niños que han tenido esta experiencia maravillosa que ha comenzado.

UN ESPACIO DE TODOS
La tribu ha sufrido un fuerte desmembramiento. Desde nuestras páginas hemos abordado el tema en varias oportunidades. Y Nora nos cuenta como la situación socioeconómica y productiva se sumerge inevitable en la placita. “Acá mucha gente su tuvo que ir. Y los nenes son hijos de personas que vivieron acá. De las Escuelas, de La Azotea, de enfrente…, muchos se tuvieron que ir por las inundaciones. Algunos vendieron y otros aunque quisieron quedarse no pudieron. Pero no tenemos nenes del pueblo en el jardín, son todos de familias de acá. Y es muy importante porque todos poseen identidad. Entonces la plaza es un espacio para aquellos que se fueron lamentando que dejaron su lugar. Pueden tomar mate acá, es de ellos. La plaza te invita permanentemente. Es una experiencia de vida muy fuerte”.
Y mucha más gente se sumó al proyecto “La gente te acerca plantas ornamentales, se sumaban en todas partes, cuando bajamos del micro, en todos lados, Mario nos dio el Ombú, y como él tantos otros…”

EL VIAJE
Los integrantes del Proyecto viajaron a Buenos Aires y fueron recibidos en el Palacio del Ministerio de Educación por el Ministro Daniel Filmus y el Vicepresidente de la Nación Daniel Scioli. Allí recibieron el 1º Premio “Escuelas Solidarias 2007” por el desarrollo de la experiencia educativa solidaria “Una plazoleta creada y cuidada por los nenes del Jardín para la comunidad”. Luego, participaron del 10º Seminario Internacional Aprendizaje y Servicio Solidario, en donde la directora compartió el panel con el Dr. Kliksberg (PNDU); Lic. Fanfani (UNESCO) Prof Mallea (CLAYSS) y el Prof De Cara (Secret. Concejo federal de Educación). Para la mayoría de los nenes y padres era la primera visita a Buenos Aires. Fueron los protagonistas (el único Jardín de Infantes). Fueron mimados por todos y aclamados en los escenarios. A toda vista, fue una experiencia maravillosa.
“Me quedé sin palabras. –nos cuenta Nora- Lo más lindo es que no pensamos en el dinero. Tiempo después reaccionamos lo que nos iban a dar. Fue un premio al corazón, al de los chicos, de los padres, de los vecinos, de todos nosotros, Patricia, Negrita… todos. Cuando alambraban, cuando perforaban para poner la bomba, esas cosas no se las olvidan más. (…) A veces no es fácil, los medios que tenemos acá, en el campo… Que hallan podido llegar a Buenos Aires, y compartirlo con mis compañeras. Los que hay que rescatar es el recurso humano de lograr esto. Fue hermoso el todos los días para esto. Pudo haber desacuerdo, pero siempre en el afán de hacerlo bien. Cuando se piensa en el bien de todos se vive una alegría hermosa. (…) Fue una emoción tan fuerte que llorábamos todos, muy emocionados, juntos.
Y seguimos emocionados”.
Nosotros también.
Bravo!

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